La sociedad es un organismo
La idea de Bloomfield aparece brevemente resumida en el Prefacio de su obra cumbre, Lenguaje, publicada en 1933 y se desarrolla más profundamente en un artículo de carácter filosófico titulado «Philosophical Aspects of Language», publicado en 1942. En el texto de 1942 hace referencia a esta tesis al señalar que el término «organismo social no es una metáfora. Un grupo social humano es realmente una unidad de orden superior, del mismo modo que un animal pluricelular es una unidad de orden superior a una simple célula» (Bloomfield, 1933: 31).
Como se ha señalado antes, Bloomfield desarrolla más esta idea en su artículo de 1942. Allí señala que el lenguaje desempeña una función esencial para la existencia de este organismo, en la medida en que une a los individuos formando el organismo social o sociedad, siendo de este modo el sistema nervioso de la sociedad. Él se basa para defender esto en una teoría sobre el origen del lenguaje, según la cual este surgiría a la par que surgieron actividades como la caza, la pesca y la protección de los animales salvajes. Asimismo, señala el carácter social de la conducta humana.
Una de las características más llamativas del organismo social postulado por Bloomfield consiste en ser el tipo de organizión más grandes del cosmos, así como el hecho de ser inmortal. Desde esta perspectiva, el hecho de que sea inmortal implica que, de algún modo, es un ser vivo. Él, como luingüista, se dedica al estudio de las conexiones que forman a este organismo o, lo que es lo mismo, el lenguaje.
Aunque no sabemos si Bloomfield era consciente de ello, lo cierto es que el hecho de que el organismo social sea una especie de ser vivo superior a un animal, en el sentido en que este es de orden superior a una célula, por un lado y que, por otro lado, este organismo social sea inmortal representa graves dificultades a la hora de asentarlo con otras teorías científicas asentadas, ampliamente aceptadas y exitosas. Así, el hecho de que sea un ser vivo, nos obliga a aceptar que su naturaleza se regirá por las mismas leyes que rigen al resto de seres vivos. Por ejemplo, el organismo social también se regirá por las leyes de la evolución. Sin embargo, el hecho de que sea inmortal parece que esté enfrentado con las leyes de la evolución, en la medida en que si, por la propia esencia de este organismo social resulta que no muere, absurdo pensar que un organismo que no muere se enfrente a la lucha por la supervivencia. Desde esta perspectiva, podríamos decir que Leonard Bloomfield se ha dejado engañar por lo que no es más que una metáfora.