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Krishnamurti sobre la bondad y la maldad

Publicado por Malena

krishnamurti, sobre la bondad y la maldad

¿Existen el bien y el mal o dependen de las circunstancias? ¿Existe la bondad o la maldad? ¿Existe el pecado? ¿Existe alguien realmente bueno o malo?

Sobre estas preguntas, en cierta oportunidad, entablaron un diálogo J.Krishnamurti y Alain Naudé.

Krishnamurti aborda el cuestionamiento sobre el mal absoluto y el bien absoluto, sobre la idea del pecado del Cristianismo y del karma de los orientales, que se refiere a que toda acción genera una reacción igual.

Nos dice que matar siempre ha sido una mala acción paras las verdaderas mentes religiosas. Aquellos que realmente se conectan con el todo han evitado toda clase de muertes.

Sin embargo, existen en el mundo guerras, asesinatos y también provocan muertes las palabras, la discriminación, la violencia, la crueldad y la brutalidad, lo que nos obliga a preguntarnos qué distancia hay entre el bien y el mal y si uno se convierte en el otro y viceversa. También se mata por el bien de la sociedad, o por las necesidades económicas que sufre mucha gente.

Actualmente parece que ni siquiera las mentes religiosas evitan matar por razones culturales o económicas.

La idea de Dios se relaciona con la bondad y la del diablo con la maldad.

Krishnamurti piensa que el orden puede ser absoluto, tal como ocurre en las matemáticas; y que el desorden conduce al caos, la destrucción, la anarquía, que llamamos el mal.

Se puede decir entonces que la bondad es el orden absoluto y como la mayoría vive en el desorden, el mundo es violento y brutal.

¿Existe el orden absoluto en uno mismo? ¿Podemos producir orden en nosotros mismos y en consecuencia producir el mismo orden en el mundo exterior? ¿Este orden puede ser previamente concebido por el pensamiento?

El hombre, en su interior siente que la bondad absoluta existe.

El orden es virtud y el desorden es la no virtud.

La virtud no depende del pensamiento ni del pasado, no es algo que evoluciona con el tiempo, la virtud existe en la conducta de ahora, en el mundo y en la relación, porque no puede ser planeada. El orden, la virtud y la bondad están en el instante presente, libres del pasado.

¿Qué relación tiene el orden o la bondad, con la no bondad que llamamos maldad?

Según Krishnamurti, no hay ninguna relación, porque una persona se puede comportar mal y lastimar a otra consciente o inconscientemente, pero puede disculparse, aclararlo, borrarlo, pidiendo perdón inmediatamente y terminarlo ahí mismo, sin cargar con ese lastre para siempre.

Si cargo con el mal, se transforma en culpa, miedo, odio, envidia, celos y en todo lo que implica violencia.

Por eso, si me doy cuenta de esa violencia, ella puede ser eliminada de una vez para siempre, no en forma gradual; y de esa manera, uno vive siempre en la bondad.

El bien es la negación del rencor, del resentimiento y de la violencia y la no violencia es el bien.

Si yo no cambio, la sociedad no puede cambiar, porque yo soy el mundo y el mundo soy yo.

El mal absoluto no puede existir, porque depende del pensamiento y del deseo, el pensamiento es el pasado y el deseo, es la concentración del pensamiento en la resistencia.

Todo lo que representa una protección física no es malo, pero sí es malo protegerse psicológicamente, porque esto conduce al desorden.

La bondad exige renunciar al yo, porque el yo separa, divide, es el centro del desorden y del conflicto.

En este contexto, es importante entender que la bondad no es simplemente una ausencia de maldad, sino una presencia activa de virtud. La bondad implica una actitud de amor, compasión y empatía hacia los demás. No es suficiente simplemente evitar hacer daño; debemos esforzarnos activamente por hacer el bien.

Krishnamurti también enfatiza la importancia de la autoconciencia en la bondad. No podemos ser verdaderamente buenos si no somos conscientes de nuestras propias acciones y motivaciones. La autoconciencia nos permite reconocer cuando estamos actuando por egoísmo o miedo, y nos da la oportunidad de corregir nuestro comportamiento.

Además, Krishnamurti sugiere que la bondad no es una cualidad estática, sino algo que debe ser cultivado y practicado a lo largo del tiempo. No nacemos buenos o malos; nos convertimos en buenos o malos a través de nuestras acciones y decisiones. La bondad, entonces, es una elección que hacemos en cada momento.

Finalmente, Krishnamurti nos recuerda que la bondad no es algo que podamos lograr solos. Estamos interconectados con los demás y con el mundo que nos rodea, y nuestras acciones tienen un impacto en los demás. Para ser verdaderamente buenos, debemos considerar el bienestar de los demás, así como el nuestro propio.

Fuente: “La Raíz del Conflicto”, El despertar de la inteligencia (Vol.I), Conferencias de Krishnamurti.