La Bondad y la Maldad y Dios
Nadie puede ser tan bueno ni tan malo, dice el sabio.
Ser bueno es fácil cuando una persona se limita a obedecer normas para evitar problemas, pero cuando sólo depende de la conciencia, que se debate con los deseos humanos, resulta una misión difícil.
Para el Hinduismo, las fuerzas del bien y del mal luchan eternamente, el bien es una fuerza cósmica y el mal es otro aspecto de la misma fuerza, para el Cristianismo el mal no existe en sí mismo, es ausencia de Bien, porque el Bien es sólo la perfección.
Las religiones orientales nos dicen que es inútil luchar contra el mal porque está integrado en la estructura de la naturaleza, en la cual la muerte y la decadencia son inevitables y el universo depende tanto de la muerte como de la vida, porque debe contener necesariamente un mecanismo de renovación.
El mal es la fuerza que se opone a la evolución, es la entropía que conduce a la descomposición, la disolución, la inercia y el “pecado” en sentido bíblico.
El que ve más allá de las religiones puede darse cuenta que el santo ve al pecador dentro de si mismo.
Dios es una experiencia que se puede llegar a conocer espiritualmente y hasta intimar con ella, dice Deepak Chopra en su libro “Conocer a Dios”.
El hombre ha intuido la existencia de Dios por medio de la fe, ahora está preparado para entenderlo.
Si no nos acercamos a Dios mediante el conocimiento, no podemos aceptar la existencia del alma, no podremos encontrar el sentido de la vida y la muerte será para nosotros como un fantasma al acecho.
A la luz de la ciencia Dios parece haberse convertido en lo único real y todo lo demás una proyección de Él.
En 1924, un anciano campesino francés se dirigía a su casa. Era casi ciego debido a las lesiones sufridas durante la guerra.
El resplandor del sol del ocaso no le permitió ver que dos bicicletas se acercaban a él en sentido contrario.
Antes del impacto, apareció un ángel que levantó las dos ruedas delanteras de ambas bicicletas, depositándolas a un costado del camino y evitando el desastre.
Los dos jóvenes no podían creer lo que veían con sus ojos y posteriormente todo el pueblo se revolucionó con la noticia.
Sin embargo terminó prosperando la versión de que estaban borrachos y que habían inventado esta fantástica historia.
Sucede que el anciano era un sacerdote, el padre Jean Lamy y que el testimonio de la aparición de los ángeles lo dio él mismo antes de morir.
El padre Lamy era una persona muy piadosa y amada por todo el pueblo y se le atribuyen muchos casos en que recibió la ayuda de ángeles y de otras formas celestiales.
Los escépticos no creerán esta historia, pero a mi me conmueve y pienso que si de verdad ocurrió, es fascinante la idea que pueda haber ángeles para ayudarnos en los momentos difíciles.
Los argumentos materialistas sobre la no existencia de Dios son fuertes porque se basan en la realidad fáctica, pero se diluyen cuando se profundiza más hondo en el mundo material y todos estamos capacitados para ir más allá de nuestros esquemas rígidos.
El cerebro es el encargado de interpretar a Dios desde distintos niveles de entendimiento.
Chopra nos dice que Dios está entretejido con la realidad y el cerebro conoce la realidad bajo formas limitadas.
Ciencia y religión no son cosas contrarias sino formas diferentes de decodificar el universo.
Tiene que existir una fuente de creación invisible, ya que el cosmos llega sólo hasta el momento en que el tiempo y el espacio se disuelven y debe haber un lugar en que los opuestos se unan
El nirvana para los orientales es la liberación de las influencias kármicas, el fin de los condicionamientos, de los opuestos, que es cuando se produce la percepción visionaria que permite ver, que sea lo que sea lo que deseemos, tarde o temprano la mente deseará lo contrario.