Ética aplicada

Aunque la palabra «aplicada» le de un aire de modernidad y vanguardismo casi tecnológico a la expresión «ética aplicada», lo cierto es que la ética aplicada es la ética sin más, tal y como se viene haciendo desde la antigua Grecia hasta la primera mitad del siglo XX, y después desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. En efecto, durante la primera mitad del siglo XX los filósofos, influenciados por el positivismo lógico, comenzaron a abandonar la ética aplicada, para abrazar la metaética. Es decir, dejaron de ocuparse de cuestiones importantes, tales como la la guerra, el aborto, la justificación para quitar la vida, las cuales eran tratadas en términos sumamente concretos, para ocuparse de analizar el significado del vocabulario moral. Y es que los positivistas sostenían que los juicios morales eran una forma de expresar emociones, por lo que carecían de valor epistémico.

La ética aplicada consiste en el uso de la razón para resolver conflictos morales

Sin embargo, los acontecimientos históricos hicieron que los estudiantes empezaran a revelarse contra los programas de estudio de los profesores de ética. En Estados Unidos temas candentes como el de los derechos civiles o la guerra de Vietnam eran ignorados, lo que llevó a los estudiantes de la década de los sesenta del siglo XX a rechazar los planes de estudios vigentes. De este modo, comenzaron a tratarse temas como la justificación de la guerra, la igualdad racial y la desobediencia civil. De nuevo la ética retomaba su venerable tradición práctica. A estas cuestiones le seguirían, casi inmediatamente después, otras como la igualdad sexual y la ética medioambiental. Por otra parte, los movimientos de liberación animal, más que venir de reivindicaciones estudiantiles, fueron fomentados desde el mismo ámbito académico.

Áreas de especialización de la ética aplicada

Las cuestiones éticas actuales son tantas y tan amplias que dentro del ámbito de la ética aplicada han surgido diferentes áreas específicas, las cuales se pueden identificar desde un punto de vista sociológico: existen especialistas en estas áreas, publicaciones especializadas, institutos de investigación, etc. Una de estas áreas, seguramente de las más conocidas, es la bioética. Los problemas de los que se ocupa esta disciplina son los relativos a las cuestiones éticas que surgen en el ámbito de las ciencias biológicas y de la salud. En este dominio se incluyen la eutanasia, el aborto, las relaciones médico-paciente o la fecundación in vitro, entre otros.

Además de la bioética, también ha surgido la ética de la tecnología, que se ocupa de las cuestiones éticas que surgen en el ámbito de la tecnología y la inteligencia artificial. Esto incluye temas como la privacidad de los datos, la automatización del trabajo y las implicaciones éticas de la inteligencia artificial.

Respecto al estatuto moral de los animales, la ética aplicada se ocupa de cuestiones tales como la industria de la piel, la experimentación con animales y las explotaciones ganaderas. En el caso de España existe el debate acerca de las corridas de toros.

Las prácticas de las empresas, de moral dudosa en demasiadas ocasiones, ha motivado también la aparición de la ética empresarial o ética de los negocios. Esta área se ocupa de cuestiones como la responsabilidad social corporativa, la ética en la publicidad y las prácticas laborales justas.

Dudas acerca de la ética aplicada

A pesar de que hoy en día nos encontramos con que la ética aplicada está en auge, también es cierto que hay quien duda de su valor. Este es el caso de los escépticos en ética, para quienes la razón no tiene nada interesante que hacer ante las cuestiones morales. Sin embargo, la ética aplicada sigue siendo una herramienta esencial para navegar en un mundo cada vez más complejo y lleno de dilemas morales.