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Séneca y su Obra

Publicado por Malena

Séneca y su Obra

Las tragedias de Séneca fueron hechas para ser leídas al público, ya que en aquella época la escenificación no era un hecho muy frecuente.

En sus obras Séneca plantea los problemas propios de ese momento histórico, en las que están incluídos como es de esperar, su sentido de la existencia y su ideal estoico.

El problema central está dado por el ejercicio y las consecuencias del despotismo absoluto.

Séneca reintepreta los mitos de la tragedia griega describiendo la vida de los emperadores como un juego de horror y desenfreno que llevan a la pérdida del bien común.

Los personajes se enfrentan con violencia y castigan a las víctimas inocentes, a veces con rasgos caricaturescos.

La obra de Séneca fue escrita aproximadamente entre los años 50 y 60 de nuestra era y fueron nueve tragedias: Hércules delirante, Las troyanas, Las fenicias, Medea, Fedra, Edipo, Agamenón, Tiestes y Hércules en el Eta. Además escribió el drama Octavia y una serie de Epigramas, aunque de estas últimas obras no hay certeza de su autoría.

En “Hércules delirante” el tema central es el ejercicio de la virtud, considerada como el actuar con justicia y razón, que permite al hombre sobreponerse a la adversidad.

La virtud para Séneca es algo constitutivo del hombre sabio, que soporta pasiones y dolor pero que puede superar los obstáculos. El estoico es pues, aquel que se enfrenta a toda clase de peligros sin doblegarse, es el héroe.

Estas características corresponden a su personaje Hércules que aparece rodeado de dificultades y sufrimientos y sin embargo con sus acciones consigue su expiación demostrando así su virtud.

En Las Troyanas Séneca expone la idea de que para los estoicos, la fatalidad es una ley que nadie puede eludir, ni los dioses ni los hombres.

En esta obra plantea el carácter del hado cuya profecía afectó a la ciudad de Troya y a sus mujeres.

Medea es un personaje movido por la venganza y el rencor y también por un sentimiento de profunda ira.

Repleta de crueldad busca una víctima propicia para aplacar su sed de odio. La ira orienta la pasión de Medea que pasa por todos los estadios del rencor.

La virtud y el ejercicio de la prudencia es exaltada por la nodriza, pero Medea, enferma de pasión, rechaza los pedidos de misericordia.

La ira de Medea hace imposible el perdón y por lo tanto es incapaz de alcanzar la suma virtud, entregándose al sufrimiento sin paciencia ni contemplación.

Fedra plantea la antítesis entre la templanza, representada por Hipólito y la pasión descontrolada de la madrastra. La templanza es la virtud, la actitud moderada de aquel que vive de acuerdo con la naturaleza.

Jasón es el causante de este conflicto y así van desfilando las tentaciones que llevan al desborde pasional, fruto de la perversión de la protagonista que cae en toda clase de delirios letales.

Para Séneca el sabio no puede ser víctima del odio porque no existe pasión que no la controle la disciplina.

Las Fenicias es una obra sin terminar, sin embargo también en ella se percibe el estilo retórico de Séneca y su moral estoica.

El tema central de Las Fenicias es la idea de la expiación y la piedad. El personaje de Edipo representa la expiación, que se refiere a la posibilidad de que un hombre inocente pueda cometer crímenes, y el propósito que le asigna al hado.

La piedad está representada por Antífona, relacionada con el vínculo del amor filial a través de la intervención de Yocasta.

Las relaciones parentales son utilizadas por Séneca para representar la lucha por el poder, ámbito que tanto el sabio y el virtuoso tienen que frecuentar; y es allí donde la moral adquiere un sentido social e individual.