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La Bioinformática y la Teoría de la Evolución

Publicado por Malena

Bioinformática y la teoría de la evolución

La revolución tecnológica en el área de la información hizo que la biología se convirtiera en una ciencia multidisciplinaria en la que participan matemáticos, químicos, físicos e informáticos.

Gran parte de los resultados obtenidos en el campo de la fisiología como en el de la evolución, aún se siguen revisando.

En 2001 se dio a conocer el primer esquema del genoma humano que permitió la secuenciación de todos los genes humanos (aproximadamente 23000), principalmente los que se relacionan con enfermedades.

No solo se estudian los genes sino sus secuencias reguladoras, los intermediarios de las proteínas, las secuencias entre un gen y otro y otros elementos.

Este avance tecnológico no solo es útil para la medicina sino también para la agricultura, la ganadería, la piscicultura y la ingeniería forestal.

En estos momentos existen empresas que venden chips con todos los genes de un genoma humano, de animales y de insectos.

En la actualidad, entre otras cosas, también se puede deducir cuáles son los genes responsables del crecimiento descontrolado de células, los que intervienen en el rendimiento de aceites en una planta, los responsables genéticos que hacen que la abeja reina se diferencie de las obreras o lo que ocurre en la metamorfosis de un insecto.

Hoy en días, sin conocimientos de bioinformática no se puede hacer genética, microbiología, biomedicina o biología evolutiva modernas.

La filogenómica, o sea la historia de la vida basada en los genomas o miles de genes, logra una mejor visión estadística de la relación genealógica entre las especies.

La tarea del bioinformático consiste en el manejo de la información biológica pero además puede formular hipótesis y probarlas.

La combinación de conocimientos en evolución genómica y bioinformática puede validar y predecir con eficacia enfermedades.

El hombre quiere saber cuál es el factor que lo diferencia de los animales que lo hace humano. Las investigaciones no han encontrado características genéticas del hombre que sean diferentes a las de un chimpancé. Sólo se pudo saber que los chimpancés cambiaron más que los hombres su genoma, según la teoría evolucionista.

En 2007, se descubrieron las primeras diferencias genéticas entre hombres y chimpancés relacionadas con la dieta y la actividad del cerebro, en las zonas del genoma que regulan la expresión de los genes.

Los datos genómicos actuales revelan la forma en que actúa la naturaleza que con las técnicas anteriores no se podía observar. Existen propiedades biológicas en los genes que se modifican en forma más rápida, que no se pueden explicar solamente por la acción de genes individuales.

La forma de interpretar el comportamiento celular ha sufrido un gran cambio, desde una perspectiva lineal de la información genética al estudio de gran cantidad de genes que forman redes complejas y dependen de muchas variables.

A pesar de los cambios, la teoría evolutiva es la que continúa contando con la mayor credibilidad en todo el campo de la biología.

Con el tiempo y el aumento progresivo de los datos, es probable que muchas de sus hipótesis se modifiquen, pero los pilares fundamentales de la evolución biológica se pueden considerar fuertemente afianzados.

La bioinformática equivale en la actualidad a lo que significaron para la genética en la década del ochenta, las técnicas de biología molecular.

Los que cuenten con estos conocimientos tendrán una participación clave en el desarrollo de la biología del siglo XXI.

Fuente: “Ciencia Hoy”, Revista de divulgación científica y tecnológica, nota de Hernán Dopazo, doctor en Ciencias Biológicas, Jefe de Investigación del Centro de Investigación Príncipe Felipe, Valencia, España, noviembre 2009.