Kant y el problema de los juicios «a priori»
En el comienzo de su teoría del conocimiento Kant parte de la ciencia física matemática de Newton.
Para Kant, la ciencia de la naturaleza se compone de juicios, o sea tesis o afirmaciones; y llega a la conclusión, que estas proposiciones tienen que estar constituidas por juicios analíticos “a priori”, verdaderos, universales y necesarios y sintéticos, que proceden de la experiencia; o sea por un tipo de juicios mixtos.
Como juicios sintéticos, aumentarán nuestro conocimiento, pero como proceden de la experiencia, que es contingente y particular, deberán ser también “a priori” o analíticos, que son verdaderos y universales según el principio de identidad.
Por lo tanto, el conocimiento para Kant se compone de juicios sintéticos y “a priori”.
Kant descubre que los fundamentos de la matemática se componen de juicios sintéticos y “a priori” y también los de la metafísica.
Las leyes de la naturaleza tienen una validez universal y necesaria. La lógica nos dice que existen dos clases de inferencia o conclusión: por deducción y por inducción.
La deducción es la serie de razonamientos de tipo analítico; o sea, que a partir de una premisa surge la conclusión que está incluida en la premisa.
La lógica muestra que la premisa se obtiene por inducción, mecanismo inverso a la deducción.
La inducción parte de hechos particulares, de experimentos u observaciones y luego se amplía la validez, extendiéndola, generalizándola y haciéndola universal.
La inducción así, va de lo particular a lo universal; y la deducción es simplemente la aplicación del principio de identidad de lo que sostiene la premisa.
Kant divide la cuestión sobre el fundamento de la inducción, o sea de la posibilidad de los juicios “a priori”, en tres grupos:
El conocimiento matemático, el conocimiento físico y el conocimiento metafísico; que entre los tres comprenden el saber total.
El conocimiento matemático es el saber sobre las formas universales; el conocimiento físico es la ciencia de la naturaleza en general; y el conocimiento de la metafísica, para Kant tiene dos sentidos, en un sentido es la ciencia de lo que no es accesible a la experiencia, como Dios o el alma; y en el otro sentido es el conjunto de conocimientos que sirven de base a las ciencias naturales, a la física y a las matemáticas.
En este último sentido utiliza la palabra metafísica cuando Kant desarrolla su exposición metafísica del espacio y el tiempo
En la matemática, los juicios sintéticos y “a priori” son posibles porque ella se basa en el espacio y el tiempo, que no son realidades físicas ni metafísicas que tengan existencia en si y por si, sino formas de nuestra capacidad de percibir, de nuestra intuición.
De manera que el fundamento de la matemática son las formas de la intuición.
Kant tiene que demostrar que el espacio y el tiempo no proceden de la experiencia y que son “a priori”, que no son cosas reales sino intuiciones y que el espacio y el tiempo son el fundamento de la posibilidad de los juicios sintéticos en la matemática.
Las cuestiones referidas a que el espacio y tiempo no proceden de la experiencia y que son intuiciones, Kant las desarrolla en su exposición metafísica del espacio y del tiempo; y la cuestión que se refiere a que el espacio y tiempo son las condiciones de la posibilidad de los juicios sintéticos en la matemática, Kant la trata en su exposición trascendental del espacio y el tiempo.
En su exposición metafísica del espacio y del tiempo, Kant va a tratar de mostrar que el espacio es el fundamento en el que se basa la matemática.
Fuente: “Lecciones Preliminares de Filosofía”, Manuel García Morente.