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Ser o No Ser Gay

Publicado por Malena

En portada de este último domingo de La Nación Revista, sale una pareja gay; son personas comunes, que salen en la portada de una revista popular por haberse casado con alguien del mismo sexo.

Figurar en primera plana por este motivo es una forma de discriminarlas, mostrándolas como casos raros que se merecen una nota, algo contrario de lo que seguramente ellos desean, ya que quieren que su estilo de vida sea aceptado como normal por toda la sociedad, ahora que han conseguido que la ley esté de su lado.

Ser gay, desde el punto de vista social, puede deparar una vida más cómoda, porque estamos atravesando una etapa en la evolución en que el hombre está convencido que el sentido de la vida es el hedonismo, disfrutar, gozar, pasarla bien, sin demasiado esfuerzo.

Los desafíos son cosas del pasado, se vive el hoy, no para liberarse de los recuerdos ingratos del pasado y las preocupaciones del futuro sino para evitar ataduras y los compromisos.

Para el hombre, con débiles identificaciones paternas, es más cómodo estar con otro hombre, porque no tiene que enfrentarse con el otro sexo, que para muchos no es fácil, principalmente desde que la mujer ha logrado hacerse respetar como persona con los mismos derechos que los hombres.

Una persona gay que es tímida y retraída, se siente más segura entre sus pares; tendrá gustos más afines a los de su pareja, si son hombres seguramente les atraerán a ambos los deportes y la política, preferirán las bebidas alcohólicas, las películas porno y los excesos, podrán dedicarle todo el tiempo a su trabajo sin culpa; y vivir solo para sí mismos.

Para una mujer, es casi lo mismo, otra mujer será para ella como su madre o su hija, tendrán más afinidad, menos desilusiones, más confianza entre sí, menos temor a la infidelidad, las mismas necesidades sexuales, los mismos intereses, mayor comunicación, mayor comprensión y colaboración si la necesita y seguramente una vida espiritual compartida.

Tanto los hombres como las mujeres gay, eligen una vida más cómoda, y serán tan iguales que alguna vez dudarán de su relación, como todos los matrimonios convencionales que se parecen, que piensan de la misma manera, que creen en las mismas cosas y nunca disienten en nada; un vínculo por lo general aburrido e insípido.

Los gay dudan y ese es su singular fracaso existencial. No están seguros de estar haciendo lo correcto, porque viven sus vidas intentando por todos los medios ser reconocidos y no ser discriminados, cuando son ellos mismos los que se discriminan, porque necesitan el reconocimiento para sentirse bien.

El que en una sociedad pretende ser radicalmente diferente, se automargina, no son los demás lo que lo hacen, son ellos mismos que no están dispuestos a pagar el costo por ello.

Tendrán que vivir con eso si son fieles a ellos mismos, sin preocuparse por lo que piensan los demás, porque lo más importantes es qué es lo que sienten y piensan ellos mismos.

La aprobación de los demás, los falsos apoyos de la prensa escritos por ellos mismos para darse coraje mutuamente, están confirmando que tienen graves dudas, que les cuesta vivir remando en contra de la corriente, que no están dispuestos a enfrentar lo que hay que enfrentar en una sociedad cuando uno pretende ser distinto.

Porque a pesar de que ahora hay una ley que les permite casarse a personas del mismo sexo, logro de vanguardia que desde el punto de vista legal los protege, todavía siguen insistiendo en ser aceptados y reconocidos por la comunidad, obligando a los demás a pensar lo mismo.

Todos tenemos la libertad de elegir y de pensar en forma diferente, las personas que eligen ser gay no tienen por qué esperar que todos los apoyen, porque eso sería lo mismo que pensar que un día todos vamos a votar por el mismo partido.

La gente es libre, tanto para pensar que ser gay es correcto como para pensar lo contrario y para valorar los estilos de vida como le plazca.