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Julián Marías sobre los sacerdotes católicos

Publicado por Malena

el sacerdote católico ayer y hoy

En la conferencia que Julián Marías presidió en la Catedral de Madrid, el 29 de marzo de 1971, se refirió a la figura del sacerdote de ayer y de hoy.

Julián Marías(1914-2005), fue doctor en Filosofía, co-fundador del Instituto de Humanidades, Director del Seminario de Estudios de Humanidades, Miembro de la Real Academia española y de la Real Academia de Bellas Artes, Miembro del Consejo Internacional Pontifico de Cultura y doctor honoris causa en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca.

Autor de más de cincuenta libros, no se cree calificado y siente una gran responsabilidad para hablar del sacerdocio.

Para él, el sacerdote le ha brindado ayuda, protección, orientación y consuelo en los momentos difíciles de su vida, lo que seguramente también han recibido los demás católicos.

En el pasado, o sea a comienzos del siglo XVI, cuando empieza la Contrarreforma, la Iglesia católica en primer lugar adoptó una postura defensiva y negativa que afectó su función específica.

Las posturas contra algo no son las más acertadas, porque no son creativas, pierden la iniciativa; y el cristianismo no puede estar contra nada sino que le basta con afirmarse a si mismo.

A comienzos del siglo XIX, se produce en España una división, después de la invasión francesa, que como consecuencia dio lugar a la primera guerra carlista y posteriormente a una serie de guerras civiles.

En ese momento hubo dos Españas y ocurren dos fenómenos que se contraponen, el clericalismo y el anticlericalismo, y esto tiene una razón.

Antes de existir España como país, el territorio fue invadido por los musulmanes en el siglo VIII, convirtiéndose en un país en su mayoría musulmana, oriental, árabe, bereber.

Sin embargo, perduraron núcleos pre españoles en el Norte, que durante ocho siglos resistieron la invasión musulmana, luchando para que el país sea cristiano, o sea, con una cultura europeo occidental.

En España el aspecto religioso integra la nacionalidad, que finalmente madura como estado moderno en el siglo XV con el reinado de los reyes católicos.

Pero justo cuando se une España, al final de la reconquista, con el reino de Granada, aparece la división religiosa, o sea la Reforma, que hace que la actitud combativa religiosa se prolongue con la Contrarreforma, la lucha de España católica contra el luteranismo y los demás movimientos protestantes.

La hostilidad religiosa se mezcla con el rechazo de un nuevo estilo de vida: la modernidad.

España se vuelve a la defensiva y esta actitud la lleva a una paralización interna en el ámbito religioso, de la que no ha logrado liberarse todavía.

Existe un factor importante en la interpretación de la religión; si se pone en primer lugar la creencia, genera la opinión de que el que cree otra cosa está equivocado.

En Estados Unidos, la religión es en primer lugar adoración y culto, y esto no difiere de otras religiones, porque todas tienen sus formas de adoración y culto; pero si se pone el acento en que primero está la creencia surge inmediatamente el opuesto, o sea los que no creen.

España ha sido contaminada por la historia que es temporal y no religiosa, como una manera de ser histórica española; pero el cristianismo es independiente de la mentalidad histórica, nacional o continental.

Las evangelizaciones misioneras tenían un doble objetivo, convertir a los infieles al cristianismo y a la mentalidad occidental.

Los sacerdotes en España, debido a su rigidez mental, se convirtieron en un obstáculo para ciertas innovaciones que eran necesarias.

En los últimos años, la Iglesia Católica sufre una profunda crisis desde la asunción del Papa Juan XXIII, que fue un hombre genial.

Comienza entonces la Iglesia a reconocer sus errores y los sacerdotes y obispos a ver a los hombres como hermanos, porque todos los hombres, sean o no católicos son hijos de Dios.

Los sacerdotes de hoy en día, incluso los ancianos son comprensivos, tolerantes, tienen un anhelo de apertura y de libertad y pueden mirar al mundo con inteligencia y amor.

La Iglesia de ayer perdió una gran masa de fieles europeos que cayeron en el descreimiento y la negatividad, debido a la politización de una gran parte de eclesiásticos.

En la actualidad lo que está comenzando a suceder en algunos grupos eclesiásticos de sacerdotes, es hacer otra vez lo mismo, pero al revés, modificando las bases de la religión, apoyándose en nuevas doctrinas, agregando y sacando contenidos, cambiando significados, aportando nuevas interpretaciones, etc.

La misión de un sacerdote no es decir lo que los demás quieren escuchar, sino la verdad, lo que humanamente se cree que es la verdad revelada y no otras cosas que no son propias de los sacerdotes sino de otras disciplinas no religiosas.

Fuente: “Sobre el Cristianismo”, Julián Marías, Editorial Planeta, 1997.