Inti Raymi-Ritual ancestral andino
El Inti Raymi es un ritual muy antiguo de tipo religioso de los pueblos de la región andina, que existe desde antes del Imperio Inca, que fue prohibido en la época de la conquista porque los españoles lo consideraban pagano.
Antiguamente, la noche más larga del año, las tribus se enfrentaban hasta que moría alguno de los combatientes, el cual era ofrecido al Inti.
Actualmente tiene importancia en algunos lugares de Jujuy, principalmente en Huacalera, pueblo cercano al monolito que señala el paso virtual del trópico de Capricornio.
Se trata de la celebración del Solsticio de Invierno, que tiene lugar en junio en el hemisferio sur.
Este ritual tuvo gran importancia en el mejor momento incaico y constituía la celebración más solemne que se realizaba en Cuzco.
Los pobladores de esa región andina, se preparaban desde la noche previa para adorar al Sol, desde que aparecía en el horizonte detrás de las montañas y celebraban no sólo un nuevo día sino el año nuevo según sus creencias.
El ritual comenzaba antiguamente en el ocaso de la noche más larga del año, el día 23 de junio, fecha considerada anterior al solsticio de invierno en esa época, y duraba a veces varias semanas, y su significado consistía en pedirle al Sol que se vuelva a acercar a la Tierra, lo que comienza a ocurrir para esa fecha, llegando a la máxima proximidad obviamente en el verano.
La civilización Inca celebraba durante nueve días participando la población de los bailes y de los sacrificios, ante la presencia del emperador Inca.
Más de cien mil personas se congregaban durante las festividades, no por obligación sino por orgullo nacional y el ritual exigía que los asistentes se sometieran a un estricto ayuno y abstinencia sexual durante los días previos.
La noche anterior al solsticio de invierno se reunía la población presidida por el emperador, a esperar la salida del Sol; algunos de ellos disfrazados con trajes de vistosos colores que imitaban animales feroces pertenecientes a la mitología andina, luciendo cascos con grandes plumas.
El emperador recibía con veneración y devoción la llegada de los primeros rayos del Sol, y una vez que el astro rey los bañaba con su luz se procedía a sacrificar cientos de animales sobre enormes fogatas y luego se repartía su carne entre la muchedumbre.
En 1944, el gobierno de Perú promovió reinstaurar la práctica de esta celebración, que había sido prohibida por los conquistadores, convirtiéndose desde entonces en una atracción turística, en la que el papel del emperador es representado por un actor quechua, pero esta festividad en la actualidad sólo comprende una parte de esta tradición. De esta forma se volvió a celebrar esta fecha en numerosos pueblos de la zona andina desde Colombia hasta Argentina.
En Quito, el Inti Raymi, cobra singular importancia, abarcando la mayor parte del mes de junio y el comienzo de julio.
Huacalera es una pequeña población de Jujuy por cuyo límite pasa la línea imaginaria del trópico de Capricornio. Sobre esta zona del trópico, la luz del Sol cae perpendicularmente durante el solsticio de verano en diciembre y en junio es el momento en que el Sol está más distante.
En el sitio preciso donde pasa la imaginaria línea tropical un número de integrantes de la comunidad se reúnen desde ese atardecer previo al solsticio invernal para realizar la ceremonia tradicional.
El frío suele ser intenso durante la noche, de manera que mientras los más chicos se refugian en carpas, los mayores permanecen reunidos al abrigo del fuego y del alcohol y al día siguiente, bailan alrededor del monolito, que señala el lugar, ataviados con trajes típicos.
Alcohol y hojas de coca son ofrecidos a la Pachamama (madre tierra) y cuando el Sol asoma en el horizonte, un puñal se hunde en el cuello de una llama, siendo su sangre derramada en la tierra junto con las demás ofrendas para asegurar la prosperidad a los pueblos andinos.
La noche más larga ha terminado y un año nuevo ha comenzado.
Fuente: “Muy Interesante”, “Inti Raymi, La Fiesta del Dios Sol”, Carlos W. Albertoni y Efe – N.296, junio 2010.