Sigmund Freud y la Homosexualidad
Freud trata de explicar la homosexualidad con la noción de narcisismo, cuando los jóvenes buscan alguien como ellos para amarlos como sus madres los amaron a ellos.
Para Freud, existe una etapa de la evolución psicosexual entre el autoerotismo y el amor objetal.
Sostiene que existe un equilibrio entre la libido o energía del yo y la libido de objeto y cuanto más aumenta una, más se empobrece la otra.
Cuando el yo retira la energía del objeto y la retorna al sujeto, el narcisismo, cuyo yo aún no existe como unidad, representa un estancamiento de la libido, produciendo un predominio del narcisismo infantil en la formación del yo.
Desde un punto de vista genético se puede inferir que el yo se constituye como unidad psíquica correlativa al esquema corporal, una cierta captación amorosa de la imagen de si mismo que se basa en el modelo de su propio yo.
Pero Freud reconoce también un narcisismo primario, primitivo, antes de que el sujeto se relacione con el ambiente y su prototipo lo constituiría la vida intrauterina.
Sin embargo, no abandona la idea de un narcisismo secundario correlativo a la formación del yo, afluyendo la libido al yo por las identificaciones.
El narcisismo primario, entonces, indica el estado primitivo en el que el niño lleva toda su libido sobre si mismo, tal estado correspondería a la creencia del niño en la omnipotencia de sus pensamientos; y el secundario señala el retorno al yo de la libido retirada de los objetos amorosos.
Desde el punto de vista estructural, el ideal del yo representa una formación narcisista que jamás es abandonada.
Dejando a Freud de lado, las características propias de cada persona en todos los aspectos tanto orgánicos como funcionales, necesitan de un campo propicio para desarrollarse, cuya base puede ser hereditaria o congénita. Por otro lado, todos sabemos que tanto hombres como mujeres contamos con los dos sexos, uno que se atrofia y el otro que se desarrolla.
Con respecto a la homosexualidad, son pocos los casos que tienen como fundamento cuestiones genéticas; ya que la mayoría de ellos están relacionados con identificaciones negativas en la infancia.
Una madre dominante y un padre ausente o la falta de figuras sustitutas masculinas pueden llevar a una elaboración negativa del Complejo de Edipo, en el varón y a una identificación con el progenitor del sexo opuesto. En el caso de las mujeres de la misma manera pero con el progenitor opuesto.
Existen muchas personas con homosexualidad latente y esto no necesariamente los conduce a tener relaciones homosexuales.
Las mujeres que tienen tendencia a asumir el rol de hombres, tienen una homosexualidad latente y suelen atraer y ser atraídas por hombres que también tienen tendencias homosexuales latentes inconscientes.
Existen incontables parejas de esas características; son aquellas no asumidas, hombres que buscan en una mujer lo masculino y mujeres que buscar en un hombre lo femenino, que son aquellas numerosas mujeres que en sus casas llevan los pantalones.
En estos casos se trata de una elección, como cualquier otra, se elige vivir la trama de la propia historia según el significado que cada uno quiera darle a su propia vida.