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El Miedo y la Libertad

Publicado por Malena

el miedo y la libertad

El miedo es una emoción natural que no se puede evitar, ya que forma parte de nuestro sistema defensivo innato.

Nos permite defendernos frente a situaciones de peligro mediante dos mecanismos de defensa, la huída o la evitación.

Cada persona utiliza la defensa más adecuada a su personalidad. Las personalidades con características fóbicas frente a situaciones de peligro tenderán a huir hacia adelante y otros intentarán eludir esas circunstancias.

Es imposible no tener miedo, porque todos en mayor o menor medida lo tenemos, de modo que es inútil luchar contra él para vencerlo.

Sin embargo, podemos hacer desaparecer al miedo si adoptamos la conducta opuesta, que es tener coraje, y ésta será la única forma de liberarnos de sus ataduras.

El miedo es una cadena que nos mantiene prisioneros en una jaula aparentemente segura, que creemos nos preserva de lo que consideramos amenazas contra nuestra integridad física. Porque en definitiva, el miedo que está detrás de todos los miedos es el miedo a la muerte.

Creemos que si nos defendemos podremos evitar o huir de los peligros que nos acechan, sin tener en cuenta que esos peligros los estamos creando nosotros mismos con la mente.

La seguridad no existe, porque sólo estamos protegidos cuando tenemos la conciencia tranquila y tan alta nuestra autoestima que no necesitamos atraer desgracias o enfermedades para castigarnos.

La vida es lo que pensamos y nuestros pensamientos son los que buscan la reparación de antiguas deudas kármicas, que podrían trascenderse en el aquí y ahora decidiéndose a ser una persona nueva y diferente.

Cuando nos damos cuenta que sólo entregándonos nos liberamos de todos nuestros miedos y podemos vivir en paz con nuestra conciencia, el espacio que deja este sentimiento negativo es enorme y se llena de regocijo, nos sentimos seguros y a salvo, la vida cobra un nuevo significado y podemos disfrutar de cada momento.

La mayoría de nuestros miedos son irracionales y el universo es racional, de modo que no existe ninguna posibilidad de que ocurran.

Sin embargo, las personas desean creer que lo que tanto temen se hará realidad y viven atadas a esa idea sin posibilidad de liberarse porque tienen la plena convicción de que no se merecen ser felices ni disfrutar de la vida.

Tener miedo significa oponer resistencia, tratar de manipular la realidad y modificar situaciones o hechos con el fin de recuperar el equilibrio y la calma.

Sólo nuestros pensamientos y nuestros deseos más genuinos pueden transformar la realidad cuando nuestra conducta no tenga como centro de referencia al ego, sino al ser verdadero que somos, que lo sabe todo, que nunca se equivoca, y que no necesita vivir tragedias, ni pérdidas, y que jamás puede estar expuesto a contingencias no deseadas.

El mal no existe, porque sólo existe el bien. El mal es ausencia de bien, por lo tanto tenemos que recuperar el bien en nosotros mismos y en nuestras vidas y atrevernos a practicar la bondad, la compasión, la generosidad y el perdón para estar libres de todo mal.

Una conciencia tranquila se ilumina, se llena de regocijo y calma, se libera, porque no necesita controlar nada para sentirse segura.

Entregarse y rendirse es la condición necesaria para liberarse de todos los miedos; porque es inútil resistirse. La resistencia interrumpe el flujo normal de los acontecimientos armoniosos que tienen que suceder y que deseamos, dándole paso a los indeseados.