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El Origen del Hombre

Publicado por Malena

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La aparición del hombre no es tan antigua si se la compara con la vida de la Tierra.

Los científicos creían ya en épocas modernas que el hombre habría surgido hace unos seis mil años, sin embargo, a fines del siglo XVIII se descubrieron objetos confeccionados por seres humanos de mucha más antigüedad, que dieron por tierra con esos cálculos.

Se creía que los homínidos, antepasados del homo sapiens, podrían haber existido cientos de miles de años antes en este planeta, por restos fósiles que se encontraron de ellos y de otros animales de esa antigüedad.

Pero a partir de la utilización del método radiactivo se comprobó que la tierra y el sistema solar debían tener una antigüedad de cuatro mil seiscientos millones de años.

Se considera que los homínidos más antiguos se desarrollaron en África Oriental y Meridional porque se descubrieron cráneos y útiles muy primitivos que tenían una antigüedad de un millón ochocientos mil años.

A éstos homínidos se los denominó Australopithecus Aferensis, aparecidos hace cuatro millones de años, que no fabricaban utensilios; y posteriormente el homo habilis que si confeccionaban útiles primitivos, pero es probable que haya habido aún otros ejemplares mucho más antiguos pero con características demasiado diferentes como para ser considerados bajo la denominación de homos.

Además de estos primeros homínidos, los científicos también han descubierto evidencias de otros tipos de homínidos que vivieron en la misma época. Estos incluyen el Paranthropus, que era contemporáneo del Australopithecus, y el Homo Rudolfensis, que vivió hace aproximadamente dos millones de años. Ambos homínidos presentan características físicas y comportamentales únicas que los distinguen de sus contemporáneos.

Según algunos científicos no es demasiado descabellado pensar que hace cinco millones de años ya había también cierta clase de homínidos en la Tierra o tal vez mucho más antiguos.

A mediados del siglo XIX fueron hallados restos de humanos, descendientes de hombres aún más primitivos de hace más de doscientos cincuenta mil años en distintos lugares de Europa y Oriente Medio, que tenían algunas diferencias en sus cráneos con respecto al homo sapiens que fue denominado hombre de Neanderthal; y como el parecido era considerable se lo llamó homo sapiens neandethalensis, mientras el hombre moderno fue llamado homo sapiens sapiens.

También se han encontrado huesos iguales al hombre actual que datan de más de cuarenta mil años, por lo que se concluye que el homo neanderthal y el homo sapiens pudieron haber sido contemporáneos en alguna antigua época.

Se supone que el hombre de Neanderthal fue vencido por el homo sapiens extinguiéndose de la faz de la tierra, supuestamente por ser menos ingeniosos.

Sin embargo no hace muchos años se encontraron restos de homos sapiens en una cueva de Israel de más de 90.000 años de antigüedad de manera que deben haber convivido muchos más años con los neanderthales.

Los homínidos australopithecus caminaban erguidos y tenían las manos iguales a las del hombre, desde hace cuatro millones de años, pero pasaron dos millones de años para que empezaran a elaborar útiles de piedra.

Del Homo Habilis descendió el Homo Erectus y finalmente del Homo Erectus descendió el Homo Sapiens, primeramente como una veriedad denominada hombre de Neanderthal, hasta llegar al hombre moderno.

De modo que en orden de aparición tenemos el homínido australopithecus, el homo habilils, el homo erectus, el hombre de Neanderthal y el Homo Sapiens.

Los últimos descubrimientos indican que puede haber habido otros homínidos diferentes del género homo y hasta otros tipos de homos que aún no se conocen.

Se han encontrado evidencias óseas que confirman que el hombre de Neanderthal podía hablar; y el estudio de las lenguas revelan la posibilidad de que todos los idiomas de la humanidad provengan de la misma raíz.

Además, los estudios genéticos han revelado que los humanos modernos comparten un porcentaje de su ADN con los neandertales, lo que sugiere que hubo una interacción y posiblemente una reproducción entre las dos especies. Esto ha llevado a algunos científicos a sugerir que los humanos modernos no son simplemente descendientes de los Homo Sapiens, sino que somos el producto de una mezcla de diferentes especies de homínidos.

Fuente: «Fronteras y Otros Ensayos», Isaac Asimov, Ediciones B, Barcelona, España, 1994.