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El diccionario

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

Ahora que tenemos en nuestro blog una serie de artículos dedicada a Wittgenstein, merece la pena que hable aquí hoy de un artículo que leí hace un par de días, no recuerdo en qué periódico. Este iba sobre una cuestión que, podemos llamar, de «xenofobia lingüística». Resulta que la mitad de los gitanos españoles viven en Andalucía. Y un miembro del Gobierno de esta región, María José Sánchez Rubio, la consejera Igualdad, dijo, el 20 de noviembre, que exigiría a la Real Academia de la Lengua Española que eliminara una de las acepciones del diccionario de la palabra «gitano».

un diccionario

El caso es que ese mismo día por la tarde-noche publiqué un artículo de opinión sobre este asunto. Allí sostuve que esto, en realidad, era una soberana tontería. La acepción a eliminar es la cuarta, que define define «gitano» en un sentido «coloquial» (y realmente xenófobo y racista) como persona «que estafa u obra con engaño». Esto es una tontería porque, en realidad, si la palabra se usa así, no es porque así aparezca definida en el diccionario de la RAE, sino que viene así definida, porque existe ese uso de la palabra.

El uso de las palabras tiene una prioridad lógica y cronológica respecto de los diccionarios. Y, además, el uso que hacen los hablantes de las palabras, los significados que dan a estas, no los han aprendido, normalmente, del diccionario de la RAE, sino más bien de otros hablantes. En general, son muy pocas, poquísimas, las palabras que utilizamos habiendo aprendido su uso, o su significado, en el diccionario.

Y aquí es donde entra en escena la alusión a Wittgenstein que hemos hecho al principio de este post. Como veremos más adelante en nuestra serie de entradas dedicadas a este autor, Wittgenstein sostuvo que el modo en que usamos las palabras, sus significados, descansaba sobre nuestras formas de vida. Teniendo la noción de «forma de vida» un sentido bastante amplio. Respecto de nuestro asunto sobre la palabra «gitano» y el significado xenófobo que se le atribuye en el diccionario de la RAE, podemos decir dos cosas, desde un punto de vista wittgensteiniano.

Lo primero de todo, es que la consejera de Igualdad de la Junta de Andalucía, María José Sánchez Rubio, no sabe lo que es un diccionario ni comprende la relación entre diccionarios y hablantes. Como se sugerido, los hablantes no dejarán de utilizar la palabra «gitano» en su acepción racista y xenófoba porque dicho significado se elimine del diccionario, en la medida en que ese uso de la palabra no lo han aprendido en el diccionario.

En realidad, su objetivo era hacer marketing político. Y nada hay como que un miembro del Gobierno electo, en nombre de una minoría discriminada a la cual representa y cuyos intereses protege, le plante cara y le haga exigencias a una institución como la RAE, salvaguarda de la lengua española. Es este, y no otro, el trasfondo de la pretendida exigencia de eliminar dicha acepción de «gitano» y así hemos de entender las palabras con las que se realiza esta exigencia.

Pero, además, también entrevemos otra cosa. Como hemos dicho, si en el diccionario está tal acepción de «gitano», es porque en el español que habla la gente de la calle, en el del día a día (de hecho, yo he escuchado este uso de la palabra «gitano», sobre todo en Valencia y Cataluña), se utiliza de ese modo. Eso se debe a que existe xenofobia y racismo en una buena porción de la sociedad española. De hecho, que en el diccionario de la RAE se defina así la palabra es un signo de racismo y xenofobia no solo del diccionario, sino también de los hablantes. De hecho, en la sociedad española se puede ver como todavía las personas de esta etnia tienen que luchar duro para que se les reconozcan sus derechos.