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John Stuart Mill

Publicado por Malena

Este pensador del siglo XIX, se vio obligado a sistematizar y a hacer una nueva interpretación de las abundantes ideas filosóficas e ideológicas de su tiempo.

Fue considerado por muchos como un utilitarista, pero este filósofo trascendió esa corriente de pensamiento tratando de disminuir su influencia haciéndola más manejable.

John Stuart Mill(1806-1873), tuvo que enfrentarse a la sociedad victoriana de su país natal, Gran Bretaña, al plantear la idea de la historia como una trayectoria de justicia para los seres humanos.

Contrario a toda forma de socialismo, por considerar que coartaba la libertad individual, y con el propósito de propiciar la justicia para la humanidad, propuso reformas institucionales y económicas y la idea de una moral que favoreciera el bienestar y la libertad.

Mills fue un empirista abierto a la modernidad, que estaba en contra de las convenciones sociales y a favor de la lógica, sin llegar a ser determinista. Apoyó la causa sobre el sufragio femenino y le dio gran importancia al desarrollo de la psicología.

Fue un alma liberal que concebía la libertad como un valor en sí misma, más allá de cualquier condicionamiento.

Mill, que representó la cumbre del utilitarismo y del liberalismo político, dedicó su vida y su obra a defender la libertad y la democracia parlamentaria; equilibrando su lógica utilitarista y su perspectiva pesimista sobre la naturaleza humana y la ambivalencia de la civilización, con su filantropía y su tendencia hacia la ética.

John Stuart Mill nació en Pentonville, distrito situado al norte de Londres en una época en que sólo vivían en esa ciudad el diez por ciento de la población total.

Su padre, James Mill (1773-1836), que fue filósofo, historiador, economista y psicólogo; tuvo una gran influencia en su formación. Su madre fue Harriet Burrow Mill, de la que no se conoce demasiado, ya que Mill no la menciona en su Autobiografía.

Su padre fue una persona clave para él ya que su influencia fue decisiva en el desarrollo de su sistema filosófico. Desde muy chico tuvo acceso a la lectura de los clásicos griegos y latinos y a los tratados de lógica escolástica.

Para John Stuart Mill, el estudio de la lógica escolástica es una disciplina que permite explicar el pensamiento confuso y contradictorio.

Para educar a sus hijos, su padre utilizaba un método que consistía en estimular sus mentes a través de asociaciones, tratando que descubrieran las cosas por sí mismos.

Evitaba que memorizaran la información e intentaba que incorporaran los conocimientos por comprensión.

John Stuart Mill no recibió ningún tipo de creencia religiosa. Su padre había sido formado en el credo del presbiterianismo escocés pero rechazó la creencia en la revelación, convencido de que nada puede saberse sobre el origen de las cosas. No podía aceptar que un mundo lleno de maldad pudiera ser obra de un ser perfecto, bueno y justo. Para él, la religión era inmoral, porque priorizaba las ceremonias, los homenajes y la devoción, que no tenían ninguna relación con el bienestar de la gente.

Las convicciones de su padre se asemejaban a las de los filósofos griegos; y para que sus hijos distinguieran entre el bien y el mal les inculcaba las enseñanzas en el “Elogio de Heracles”.

Sus valores morales eran los mismos de los discípulos de Sócrates: justicia, sinceridad, templanza, disposición para enfrentar el trabajo y el dolor, perseverancia, estimación de las personas según sus méritos, respeto por el bien común, valoración de las cosas según su utilidad intrínseca y llevar una vida de esfuerzo.

Después de su padre, la persona que más influyó en su vida y en su obra fue Harriet Taylor, a quien conoció cuando él tenía 25 años y ella 23, que fue el amor de su vida. Pero recién se casaron veinte años después, cuando ella se quedó viuda de su anciano marido.

Harriet fue su musa inspiradora además de ser su estrecha colaboradora en la redacción de sus obras más importantes, como “El sometimiento de las mujeres”, que se refiere al derecho al voto femenino.

Mill también tuvo una notable carrera política. Fue miembro del Parlamento británico desde 1865 hasta 1868, representando a la ciudad de Westminster. Durante su tiempo en el Parlamento, Mill se destacó por su defensa de los derechos de las mujeres y su oposición a la esclavitud. También abogó por la reforma de las leyes de propiedad de la tierra, en un intento de reducir la desigualdad económica.

Además de su trabajo en filosofía y política, Mill también hizo contribuciones significativas a la economía. Su obra más famosa en este campo es «Principios de Economía Política», publicada en 1848. En este libro, Mill desarrolló la idea de la economía como una ciencia social, argumentando que las leyes económicas son influenciadas por factores sociales y culturales.

En su vida personal, Mill sufrió una crisis mental en su juventud, que atribuyó a la intensa educación que recibió de su padre. Sin embargo, logró superar esta crisis y continuó con su prolífica carrera intelectual.

Fuente: “John Stuart Mill, Vida, pensamiento y obra”, Colección Grandes Pensadores, Edit. Planeta DeAgostini, 2007.