La Intuición como método de la Filosofía
La intuición es el método fundamental de la filosofía moderna, siendo Descartes el primero que llega a una intuición primordial a partir de la cual desarrolla todo su sistema filosófico.
Este método también lo emplean filósofos idealistas como Fichte, Schelling, Hegel y Schopenhauer; y también es utilizado por los pensadores contemporáneos.
Intuir (que en latín significa ver), es una forma de conocer opuesto al método discursivo que representa el conocimiento mediato a través de aproximaciones sucesivas y mejoradas hasta obtener un concepto verdadero.
Se trata de una forma de conocer indirecta, que en lugar de ver el objeto sin rodeos, lo contempla desde distintos puntos de vista hasta encontrar un concepto que lo define perfectamente.
En tanto que la intuición es lo contrario. Es un acto único del espíritu que en forma inmediata contempla y aprehende al objeto con una visión del alma.
Un ejemplo de intuición es la intuición sensible que todos aplicamos a cada momento, cuando con una mirada podemos percibir un objeto y captarlo con los sentidos.
Pero esta forma de intuición no es la que utilizan los filósofos, por dos razones, primero porque es un conocimiento que nos brindan los sentidos, que nos pueden engañar; y segundo que esta intuición sensible se refiere a un objeto singular, y ese conocimiento sólo es válido para ese objeto particular.
La filosofía es un conocimiento que va de lo universal a lo particular, por lo tanto, su objeto no es lo singular sino los objetos generales, universales.
Existe otra forma de intuición, que es la visión directa del espíritu, la intuición espiritual, que puede ver en forma inmediata la relación de diferencia de los objetos de carácter formal, ya que por lógica y según el principio de contradicción una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo.
Además existe otra forma de intuición, que no es sólo formal, que se puede denominar intuición real, que puede llegar a captar la esencia del objeto, su existencia y su consistencia.
Ésta es el tipo de intuición que utilizan los filósofos, una intuición espiritual de carácter real, más allá de la intuición formal.
Según la actitud que predomine en el filósofo para verificarla, se pueden distinguir tres clases de intuición real: la actitud intelectual, la emotiva o la volitiva.
La intuición intelectual trata de aprehender la esencia del objeto, lo que el objeto es a través de un acto directo del espíritu.
La intuición emotiva trata de captar el valor del objeto, o sea lo que vale, si es bueno o malo, lindo o feo, etc.
La intuición volitiva deriva de la voluntad que se refiere a la existencia, la realidad existencial del objeto.
La intuición intelectual la encontramos en Platón, posteriormente en Descartes y en los filósofos idealistas alemanes.
La intuición emotiva en Plotino, en la antigüedad y en San Agustín y en el racionalismo de Santo Tomás; posteriormente en Hume y en Fichte, uno de los más grandes representantes del método de la intuición volitiva.
Entre los filósofos contemporáneos, Bergson afirma que no puede haber otro método en filosofía que no sea la intuición, pero no intelectual, porque la realidad fluye, es dinámica, cambia y nunca es igual a si misma y la intuición es viviente y se debe oponer al intelecto que intenta transformar lo que fluye en algo quieto; por eso para Bergson la intuición debe ser mística emotiva.
El aspecto real de la intuición es el movimiento, la continuidad, el fluir, el cambio que sólo por intuición se puede conocer.
Por lo tanto, un filósofo no puede hacer definiciones porque una definición es algo inmóvil, fijo, estático; y lo único que puede hacer es sumergirse en esa realidad cambiante y volver a la superficie con una intuición viviente.
Dilthey también considera al intelecto, al pensamiento y a la razón filosofías falsas e insuficientes. La realidad tiene que ser captada a través de una intuición existencial volitiva o sea percibirnos a nosotros mismos como seres que quieren, desean, apetecen; porque son los obstáculos a nuestros deseos los que le dan existencia a las cosas.
Por su parte, Husserl utiliza la intuición intelectual fenomenológica, o sea la realidad como representación en el aqui y ahora.
Fuente: “Lecciones Preliminares de Filosofía, Manuel García Morente