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Paralelismos entre el misticismo oriental y la Física

Publicado por Malena

Todo descubrimiento científico tiene su origen en una percepción intuitiva que suele aparecer como un flash repentino, cuando la mente está concentrada en una gran cantidad de información, de conceptos y de esquemas de pensamientos. La experiencia mística aparece en los estados meditativos, cuando la mente se ha vaciado de pensamientos, porque consiste en la percepción directa de la realidad.

La física se basa en la observación de los fenómenos naturales mediante experimentos científicos controlados. Sin embargo, la física cuántica ha desafiado esta noción, ya que los fenómenos cuánticos no pueden ser observados directamente y su comportamiento puede cambiar dependiendo de si están siendo observados o no. Esto ha llevado a algunos físicos a explorar conceptos místicos orientales, como la noción de que la realidad es una ilusión, para entender mejor la física cuántica.

Las interpretaciones verbales tanto de una experiencia mística como la de un experimento científico son imprecisas e incompletas. Los científicos saben que los modelos o teorías científicas son aproximados y que nunca podrán explicar la totalidad de los fenómenos naturales; por esta razón estudian sólo un grupo de fenómenos y construyen una teoría para describir ese grupo dejando de lado otros fenómenos.

Estos fenómenos que se dejaron de lado pueden tener muy escasa importancia y no alterar de modo significativo la teoría. Por ejemplo, la mecánica newtoniana se consideró durante mucho tiempo la teoría que describe todos los fenómenos naturales hasta el descubrimiento de los fenómenos eléctricos y magnéticos, que mostraron que el modelo de Newton era incompleto y que sólo se puede aplicar esencialmente al movimiento de los cuerpos sólidos, o sea a los objetos compuestos por muchos átomos y para velocidades muy pequeñas en relación con la velocidad de la luz.

La mecánica clásica, cuando se trata del mundo subatómico, tiene que ser sustituida por la teoría cuántica; y cuando las velocidades son muy altas se debe aplicar la teoría de la relatividad. Todos estos modelos son aproximados y sirven para determinados fenómenos.

En el misticismo oriental, la realidad es vista como una entidad interconectada, donde todo está en constante cambio y flujo. Esta visión se asemeja a la teoría cuántica, donde las partículas pueden existir en varios estados al mismo tiempo y están constantemente interactuando con su entorno.

Los místicos orientales, a su vez, también saben que una percepción mística no se puede describir verbalmente en forma precisa ni completa; pero para los místicos, más importante que la descripción es la experiencia misma. El misticismo hindú y particularmente el hinduismo, describe esas percepciones en forma de mitos utilizando metáforas, símbolos, imágenes, alegorías, poemas o mediante afirmaciones absurdas como en el Zen; porque el lenguaje mítico es más amplio que la lógica y el sentido común.

El mito es la forma más aproximada de la verdad absoluta que pueden expresar las palabras. Los mitos son creaciones imaginarias de las hazañas de diosas y dioses, narradas a través de fantásticas historias que representan todos los aspectos de la realidad y que tratan de transmitir una doctrina filosófica basada en la experiencia mítica.

Una misma idea sobre la materia es transmitida a los místicos hindúes por medio de la danza cósmica del dios Shiva y a los físicos mediante ciertos aspectos de la teoría del campo cuántico. Ambas ideas son creaciones de la mente, modelos que describen la intuición sobre la realidad.

Los maestros Zen transmiten sus enseñanzas a través de los koans, adivinanzas absurdas que tienen un asombroso paralelismo con la física moderna. Los koans son problemas absurdos que un maestro Zen plantea a su discípulo para evaluar sus progresos. Para resolverlo el alumno debe abandonar el pensamiento racional y elevar su conciencia para darse cuenta qué es lo que su maestro le pregunta.

Tienen su origen en las imágenes de iluminados legendarios que reflejan el despertar de la conciencia. Para una persona no iluminada, son preguntas sin respuesta o enunciados sin sentido lógico, pero para un monje Zen tienen sentido y pueden dar una respuesta adecuada verbal o con gestos o acciones. No se trata de dar una respuesta correcta sino de dar muestras de una mayor conciencia encontrando una contestación apropiada.

Fuente: “El Tao de la física”, Fritjof Capra.