La Teoría Cuántica y de la Relatividad y el Misticismo Oriental
La teoría de la relatividad y la teoría cuántica han demostrado que la realidad está más allá de la lógica de la física clásica y del lenguaje, ya que los conceptos comunes resultan insuficientes para aplicar al mundo subatómico.
En la filosofía occidental, la lógica ha sido el principal recurso para formular las ideas, pero el misticismo oriental siempre ha reconocido el hecho de que la realidad trasciende el lenguaje y la lógica y no ha tenido reparos en ir más allá de esas limitaciones.
Fritjof Capra, físico y teórico de sistemas vienés, cree que es por esta razón que la filosofía oriental se aproxima más que la occidental a la ciencia moderna.
En los comienzos de la teoría atómica, los físicos se sorprendieron por el hecho que la radiación electromagnética estuviera compuesta de partículas y a la vez de ondas, ya que ni el lenguaje ni el pensamiento tradicional podían adecuarse a esta realidad.
El misticismo oriental tiene varios modos de tratar estos aspectos que nos parecen absurdos. El Hinduismo utiliza un lenguaje místico y el Taoísmo y el Budismo acentúan el absurdo en lugar de disimularlo.
El Tao Te King de Lao Tsé, está lleno de aparentes contradicciones como para provocar desconcierto y cambiar las estructuras mentales habituales de pensamiento.
El Budismo Zen utiliza los koanes, que son adivinanzas que no tienen solución posible y que permiten darse cuenta de las limitaciones del pensamiento lógico, preparando al aspirante para la experiencia no verbal de la realidad.
Los koanes exigen una gran concentración que produce dudas y más preguntas, lo mismo que a los científicos la Teoría Cuántica.
La física clásica es un modelo mecanicista del Universo, en la cual, los conceptos y la lógica son suficientes para describir la naturaleza.
A partir del siglo XX comienzan los experimentos científicos y la búsqueda de la naturaleza última de la materia.
Se confirma entonces la existencia del átomo, de los electrones alrededor del núcleo, y de los protones y neutrones y muchas otras partículas subatómicas del núcleo.
Los científicos pueden detectar el mundo subatómico más por sus consecuencias que por sus observaciones, porque sus elementos están más allá de los sentidos.
Esta experiencia indirecta de conocimiento ya no se puede describir con el mismo lenguaje, y cuanto más nos internamos en las profundidades de la materia, más se necesita abandonar las ideas y los conceptos de los métodos que conocemos.
Los científicos como los místicos, están tratando con experiencias no sensoriales que los obligan a enfrentar los aspectos paradójicos de la realidad de otra manera.
Para los místicos orientales, la experiencia mística de la realidad también es directa e instantánea, y produce un cimbronazo en la base de nuestra visión del mundo.
Los físicos sintieron tambalear los fundamentos de la física clásica frente a la experiencia atómica.
Los nuevos descubrimientos exigieron profundos cambios conceptuales del espacio, del tiempo y de la materia, que modificaba la visión del mundo mecanicista introducida por Descartes, que separó al hombre de la naturaleza.
A partir de la física cuántica, esta idea tuvo que ser abandonada para adoptar una cosmovisión más orgánica y sutil.
Hasta ese momento el mundo se podía observar en forma objetiva sin tener en cuenta al observador; pero cien años después los nuevos descubrimientos podrían en evidencia las limitaciones de este modelo y demostrarían que ninguna de sus características tiene validez absoluta.
El estudio de los efectos de las fuerzas eléctricas y electromagnéticas, llevó a reemplazar el concepto de fuerza por el de campo de fuerza, yendo de este modo más allá de la física de Newton.
Una carga es capaz de crear una perturbación o condición en el espacio que la rodea y cuando aparece la otra, siente una fuerza, porque la característica del campo es ser capaz de producir una fuerza. Una sola carga crea un campo y existe por si mismo se introduzca o no otra carga.
Einstein declaró que no existe el éter sino campos electromagnéticos como entidades físicas que pueden viajar a través del espacio vacío y que no se pueden explicar mecánicamente.
Fuente: “El Tao de la Física”, Fritjof Capra , físico austriaco y teórico de sistemas de la Universidad de Viena.