La Ciencia de la Economía de Adam Smith
La ciencia de la economía, fundada por el economista y filósofo escocés Adam Smith(1723-1790), nace en el siglo XVIII, con la revolución industrial.
La ciencia de la economía estudia la conducta que tiene el individuo y la sociedad frente al consumo, la producción de bienes y servicios, las inversiones y la distribución de la renta.
En su obra “La teoría de los sentimientos morales”, Adam Smith anticipó el concepto de que la sociedad se convertiría en un sistema de intercambio, entre las personas relacionadas por recíprocas expectativas y movidas por un sentimiento que él llamaba de “simpatía” que los llevaría a expresar un juicio favorable sobre el comportamiento mutuo.
En una sociedad organizada de esta forma, la libertad sería la condición del progreso, más tolerable que las injusticias que crearía la libertad económica.
En su libro “La riqueza de las naciones”; tiene el propósito de investigar cuáles son las condiciones para mantener el equilibrio y la sustentabilidad de una economía industrial, que él consideraba la base del progreso económico de cualquier estado; a partir de la hipótesis de que es el aumento de la productividad del trabajo humano y principalmente el perfeccionamiento de la división del trabajo, lo que produce la riqueza.
Si el valor de un bien está dado por la cantidad de trabajo que lleva para realizarlo, el intercambio de bienes es igual al intercambio de trabajo necesario para producirlos.
Para Adam Smith, el mecanismo que impulsa la actividad económica es el interés individual. Por lo tanto, la contraposición entre los intereses particulares entre obreros y empresarios puede provocar un permanente conflicto entre los seres humanos.
No obstante, al hacer un análisis más profundo y abarcando un espectro más amplio, Smith pudo observar que los procesos sociales tienden a una situación de equilibrio que en última instancia beneficiaría a todos.
Este final feliz que propone Smith representa una condición económica natural que podría ser afectada por la intervención del Estado, mediante la reglamentación de la economía y los obstáculos a la libertad de comercio.
Durante el siglo XVII, Smith se oponía a la política económica controlada por el Estado, que para defender la producción nacional, estableció aduanas y prohibió la importación de productos extranjeros, siendo partidario en cambio de un liberalismo económico absoluto.
Afirmaba que para que el bienestar sea para todos, cada ciudadano tiene que ser libre de buscar su propio interés, siempre que respete las reglas de la sociedad en que vive.
Esta teoría se la denominó “de la mano invisible” y quiere decir, que la suma de todos los intereses individuales conduce al mejor resultado colectivo, o sea al uso eficaz de los recursos disponibles.
Smith estudiaba los fenómenos económicos como un científico que estudia la naturaleza.
Otro de los famosos aportes de Smith es su teoría del valor, que afirma que el valor de un bien se calcula en función del trabajo que demanda su producción.
Smith estableció además la diferencia entre valor de uso y valor de cambio. El valor de un bien se relaciona con la utilidad que tiene una cosa (valor de uso) o con el poder que otorga a quien lo posee, para comprar otra (valor de cambio).
Las cosas que tienen mayor valor de uso, como por ejemplo el pan, generalmente tienen poco o casi ningún valor de cambio, en tanto que las que tienen el mayor valor de cambio, como por ejemplo el oro, a menudo tienen poco o casi nada de valor de uso.
Fuente: “John Stuart Mill, Vida, pensamiento y obra”; “Principios de Economía”; Colección Grandes Pensadores.