El Pensamiento y la Cultura
El hombre es más que el producto de su funcionamiento cerebral, porque la cultura moldea la información que recibe su cerebro.
La sociedad estructura nuestros sentimientos y pensamientos sin darnos cuenta.
Thomas Fuchs, profesor de la Universidad de Hiedelberg, afirma que los recuerdos son construcciones mentales que se producen en el momento en que se evocan y no imágenes existentes; y que ningún recuerdo siempre es igual.
Según Fuchs, pasa lo mismo con los valores sociales que deben actualizarse continuamente. Sin embargo, la influencia de la cultura, estructura el cerebro en forma duradera.
Todo lo que aprendemos son estructuras flexibles y temporales; e incorporamos modos de relacionarnos y no personas.
De modo que el cerebro, sin el trasfondo cultural, tiene una función necesaria pero no suficiente.
No percibimos nunca objetos sin relación con nosotros, o sea que no tengan significado.
Los objetos sin significado no los podemos ni entender ni interpretar, porque la percepción va siempre unida a la acción.
El individuo total vive inmerso en un mundo de relaciones y la cultura se da entre cerebros no dentro de ellos.
La cultura se encuentra en la interacción con otros y sus producciones literarias, musicales, pictóricas, etc.
El sistema neuronal es la disposición para evocar y remodelar y el cerebro es la matriz plástica que recibe nuestras experiencias abiertas a las proposiciones del entorno que son las que les dan el significado.
El ser humano total es capaz de experimentar el sentido y nuestro moldeado cultural determina nuestra forma de ver las cosas. Esta condición es la que no permite ponerse en el lugar de otro con distinta cultura.
Se supone que las diferencias culturales provienen de la necesidad de adaptación al medio. Por ejemplo, el alto sentido moral que tiene el trabajo en la cultura asiática puede depender de las difíciles condiciones de vida que imperan en economías basadas en el cultivo del arroz.
La cultura y la naturaleza se combinan en un contexto dado, pero pueden no encajar en otro.
Fuchs considera que el ser humano es demasiado complejo para que pueda ser conocido por la neurociencia; porque además de un sistema neuronal, el hombre tiene una vida, vive en un mundo y se relaciona; y todos estos procesos no se pueden describir en forma material.
Victor von Weizsächer, afirma que para estudiar la vida hay que participar en ella e investigar las interacciones entre las personas más que sus cerebros aislados.
Por ejemplo, el lenguaje, no se puede circunscribir a determinados sujetos o a sus cerebros, porque es para nuestro espíritu como el oxígeno para la sangre, un medio en el que existimos.
Thomas Fuchs investiga la calidad del vínculo madre-hijo. Si esta relación no se produce en forma adecuada el hijo tendrá problemas para relacionarse y atraso en su desarrollo cognitivo; porque el trato entre padres e hijos es la base del aprendizaje social y de la maduración cerebral.
El problema de las madres depresivas, por ejemplo, es el trato esquivo y distante con sus hijos.
Los conocimientos teóricos ayudan menos que la práctica de conductas apropiadas; porque es la experiencia la que modifica los modelos de relación inconsciente, y el cerebro aprende en esas relaciones.
Fuente: «Investigación y Ciencia-Mente y Cerebro», entrevista a Thomas Fuchs, realizada por Steve Ayan y Christian Wolf. Enero/feb.2010