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Ciencia y Mística

Publicado por Malena

Ciencia y Mística

Dios está en todos lados, hasta en los más pequeños detalles, sólo hay que aprender a Ver.

Francis Collins, director del Instituto Nacional de Salud de Norteamérica, involucrado en el proyecto Genoma Humano, nos dice en su libro “Cómo habla Dios”, que Dios se puede encontrar en el laboratorio, porque al descubrir los secretos de la vida aumenta el sentimiento de lo sagrado.

Y que una forma de pensar trascendente que incluya la evolución como parte del plan de Dios la pueden aceptar todos aquellos que no temen incursionar por caminos no tradicionales para buscar la verdad.

Paul Davies, científico y divulgador científico, señala en uno de sus artículos en el diario New York Times, que tanto la ciencia como la religión se basan en la fe porque ninguno de los dos niveles de conocimiento pueden explicar de dónde surgen las leyes físicas y por qué son como son. Y que debería poder entenderse este cuestionamiento en forma unitaria, dentro de un sistema común.

Como parte de una investigación realizada con el apoyo de la Fundación Templeton se realizó una investigación científica, dentro de una nueva rama de la ciencia que denominan Neurociencia espiritual, para tratar de demostrar la relación entre el cerebro y las experiencias místicas; si es el cerebro el que creó a Dios o si es Dios el que creó el cerebro.

En la búsqueda de una experiencia mística participaron cinco carmelitas de clausura que viven enclaustradas pero que accedieron a viajar para someterse a la prueba; y monjes tibetanos.

El objetivo es estudiar cómo reacciona el cerebro ante una experiencia de unión con Dios, por medio del registro de la actividad eléctrica del cerebro en estado de meditación o de oración.

La pregunta es si realmente existe un cerebro espiritual, o una mente más allá de los pensamientos.

Se comprueba que en estos estados las ondas cerebrales se suavizan y la actividad cerebral se asemeja al estado del sueño con ondas Teta, en zonas del cerebro involucradas con las emociones; y que el entrenamiento de la mente proporciona una sensación placentera de paz interior, mayor fortaleza para enfrentar la vida, ganas de vivir, mayor equilibrio emocional y bienestar físico.

La idea es encontrar los patrones cerebrales de estimulación que generan la experiencia de Dios y si estos patrones se pueden llegar a inducir. Si se lograra esto entonces se podría pensar que es el cerebro el que las produce.

También se estudian las funciones a nivel químico como por ejemplo, qué sucede con la serotonina, si está o no involucrada en estas experiencias místicas.

Los científicos son reacios a aceptar investigaciones relacionadas con estos temas no tradicionales.

El Dalai Lama dirige el Instituto Mente y Vida y trata de colaborar en las investigaciones científicas sobre la relación entre la ciencia y los contemplativos. Refiere que en la mitología tibetana, el mito de la creación considera que el hombre desciende del mono, de modo que representa un conocimiento intuitivo precursor de la teoría evolucionista de Darwin.

Después de todo, la mística no es tan ingenua como muchos creen.