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La Mente según la Doctrina Védica

Publicado por Malena

La Mente según la doctrina védica

Para la búsqueda espiritual el cuerpo es el instrumento principal, así como para cualquier otra cosa en la vida.

La vida humana es lo más sagrado y la mente es lo más misterioso porque es capaz de viajar más rápido que la luz, es inmortal y es siempre joven; y según la doctrina védica la misma mente nos seguirá en todas las reencarnaciones.

La mente puede llevar a una persona a ser un esclavo de los deseos y desengaños o puede guiarla hacia la liberación de los deseos.

El hombre está compuesto por un cuerpo, una mente y el Atma. El cuerpo para el accionar, la mente para el conocimiento y el Atma que es la realidad inalterable y eterna, su aspecto divino.

La armonía de estas tres instancias ayudarán al hombre a elevarse desde el nivel humano al divino y la falta de integración de estos tres aspectos lo degradará hasta el nivel de la irracionalidad.

Cuando la mente se involucra con pensamientos, sentimientos, emociones o deseos es una mente elemental; cuando se cuestiona y trata de discernir entre lo correcto o incorrecto representa el intelecto; cuando sirve como depósito de los recuerdos, es la memoria y cuando se identifica con el cuerpo y acciona se la llama ego.

De modo que la mente tiene distintos niveles, el emocional, el intelectual, el de la memora y el de la acción o ego.

Lo que disfrutamos o sufrimos en este mundo son las consecuencias de las acciones, por lo tanto si los pensamientos del hombre son buenos su vida será buena.

Los pensamientos son muy poderosos y sobreviven al hombre por lo tanto es muy importante mantener alejados los malos pensamientos, porque la paz del individuo y del mundo dependen de la mente.

Los problemas del hombre actual se deben a los pensamientos erróneos por no encausarlos hacia el Atma, el genuino Ser, el Yo verdadero.

La mente es la raíz de todo sufrimiento, si controlan la mente nunca sufrirán.

Cuando la mente esté limpia el mundo que perciba también estará limpio.

Cuando la mente está agitada y tiene miedo el mundo se percibe es deprimente.

Los pensamientos se originan en la mente, se expresan con palabras y se materializan con las acciones. Si el intelecto no coordina estos tres aspectos la vida se convierte en una tragedia.

La mente necesita entrenamiento para inclinarse por lo bueno y la moralidad y es la inteligencia el instrumento que la regula y la controla.

La fortaleza de la mente y la pureza del corazón hacen posible el progreso humano.

El cuerpo denso está formado por la combinación de los cinco elementos básicos y el efecto del karma o acciones de vidas pasadas.

En el estado de vigilia la mente responde a los órganos de los sentidos y en el estado de sueño la mente vive en un mundo propio y el tiempo transcurre de una manera diferente.

En el estado de sueño está activa la supermente que es más poderosa que la mente común ya que abarca en unos instantes sucesos que ocurren en extensos períodos de tiempo y grandes distancias.

La mente superior funciona en estado de sueño profundo donde no hay experiencia de ninguna clase, sin embargo, al despertar de este sueño el individuo siente un profundo sentimiento de gozo.

Este estado llena al individuo de beatitud sin ninguna experiencia más allá de la mente y los sentidos.

El Principio Causal Divino es el fundamento de todo el universo y se lo denomina “mente iluminada” y para experimentarlo necesitamos una forma divina, el Ser Supradivino, atributo primordial de lo Divino

Más allá de la mente, la supermente, la mente superior y la mente iluminada está la Mente Absoluta, que es el Ser Supradivino, la Divinidad.

En todos nosotros está presente este principio de la Divinidad Suprema. No existe diferencia entre el cuerpo del individuo y el mundo fenoménico, las diferencias que percibimos son producto del poder engañoso de la ilusión.

Las experiencias durante el sueño parecen reales hasta que despertamos, y las del estado de vigilia son sueños diurnos porque durante el sueño nocturno no las recordamos. Ambos son sueños

El cosmos entero está hecho de ondas de pensamiento.