Conocimiento objetivo
El conocimiento objetivo es un tipo de conocimiento de la realidad. Es el conocimiento sobre el entorno que nos rodea. Además del conocimiento objetivo, existen otros dos tipos de conocimiento: el conocimiento subjetivo y el intersubjetivo. El conocimiento subjetivo es el conocimiento de nuestros propios estados mentales y el intersubjetivo es el conocimiento de los contenidos de otras mentes. Cada tipo de conocimiento se distingue de los demás en virtud de la forma de acceso a la realidad que cada una de ellas proporciona.
Conocimiento objetivo, conocimiento subjetivo y conocimiento intersubjetivo
Una buena manera de entender cualquiera de los tres tipos de conocimiento es comparándolos con los otros dos. El conocimiento objetivo y el subjetivo se parecen en que accedemos a la realidad de forma inmediata. Cada uno tiene un acceso privilegiado a sus propios contenidos mentales y el conocimiento acerca del entorno es causado por los mismos objetos del entorno acerca de los cuales tenemos conocimiento. Sin embargo, ambos tipos de conocimiento se diferencian en que el conocimiento objetivo admite niveles de duda inadmisibles a nivel subjetivo. Por ejemplo, la percepción puede en ocasiones llevarnos a errar, sin embargo, el conocimiento de cómo veo yo el color amarillo no admite esos niveles de duda.
Por su parte, el conocimiento objetivo se diferencia del intersubjetivo, en que la vía de acceso del segundo es indirecta. En efecto, el conocimiento de nuestro entorno es causado por el mismo entorno y accedemos a él por vía de nuestros sentidos. Por otra parte, para acceder a los contenidos de otras mentes, contenidos de carácter proposicional, tenemos que hacer inferencias a partir de la conducta de las personas.
Conocimiento objetivo y experiencia
En el capítulo 5 de The Varieties of reference Gareth Evans nos definió como organismos que, entre otras cosas, recolectan, transmiten y acumulan información. La información que recolectamos es de nuestro entorno y acerca de nosotros mismos (obviamente, el comportamiento de los demás forma parte de nuestro entorno). Con respecto al entorno que nos rodea es importante para el conocimiento objetivo el funcionamiento de nuestro aparato sensorial, pues este conocimiento se basa en buena parte en la evidencia empírica.
Conocimiento objetivo y realismo
Cualquiera que piense que podemos tener conocimiento de nuestro entorno, conocimiento objetivo, ha de estar de acuerdo con que hay un mundo externo a nuestra mente e independiente de ella, al cual podemos acceder a través de nuestros sentidos. Este punto de vista se llama realismo metafísico. De modo que asumir que hay tal tipo de conocimiento supone comprometerse con determinadas tesis metafísicas.
La negación de cualquier tipo de conocimiento supone alguna forma de escepticismo. Con respecto al conocimiento objetivo puede conllevar dos formas de escepticismo. Por un lado, negar la existencia del mundo externo a la mente supone un escepticismo metafísico, muy difícil de sostener en la actualidad. No obstante, negar esta tesis metafísica conlleva negar la tesis de que podemos acceder al mundo, pues por principio no hay un mundo al que acceder, de modo que el escepticismo metafísico conlleva un escepticismo epistemológico. Por otra parte, negar la posibilidad de acceder a la realidad a través de nuestros sentidos, supone una forma de escepticismo epistemológico, el cual no tiene por qué comprometerse con el escepticismo metafísico.
Ciencia y conocimiento objetivo
Se ha popularizado la creencia según la cual el conocimiento objetivo es el conocimiento científico. Esta idea es falsa, pues el conocimiento científico sería en todo caso un tipo de conocimiento objetivo. En realidad, el conocimiento objetivo es una forma de acceder a la realidad que tenemos los seres humanos en virtud del tipo de organismos que somos, la cual no depende de ninguna fase particular del conocimiento científico ni de este como un todo.