En busca de la libertad
La libertad es uno de los principales objetivos de la humanidad. Es cierto que es definida de muy diversas maneras y que diferentes teorías políticas la consideran de distinta forma (incluso se puede llegar a decir, como le cuestionó Lenin a Fernando de los Ríos: ¿libertad para qué?), así que no cabe duda de que es un término sumamente controvertido. Y en no pocas ocasiones malinterpretado. Es fácil perder su significado en extraños discursos de dudosa procedencia. Por eso, en el siguiente artículo vamos a tratar de limpiar de malas hierbas el concepto poniendo nuestro foco en una distinción necesaria a la hora de hablar de la libertad, la que existe entre el “aspecto de oportunidad” y el “aspecto de proceso de libertad”.
Supongamos los siguientes tres escenarios protagonizados por la misma persona, al que llamaremos “Juan”.
Escenario 1: Juan está una noche en su casa y, a pesar de que sus amigos le llaman para dar una vuelta, él decide quedarse viendo una película. Después de insistir un poco, los amigos le dejan en paz, siguen su fiesta y Juan tras prepararse un bol de palomitas logra cumplir sus deseos (en este caso, ver una película).
Escenario 2: Juan tiene las mismas intenciones que en el caso anterior (quedarse viendo una película), pero sus amigos en lugar de dejar de insistir, como la vez anterior, fuerzan la puerta de su casa y lo sacan a la fuerza. Obligándole a estar fuera toda la noche y, así, impidiéndole cumplir sus deseos.
Escenario 3: Aquí, como en el primer caso, los amigos terminan por cansarse de insistir y dejan a Juan en paz. Sin embargo, de repente, unos maleantes entran en su casa, obligándole a permanecer en ella hasta que acabe de ver la película, so pena de sufrir un fuerte castigo en el supuesto de que violase la prohibición.
Analizando los tres escenarios anteriores, descubrimos en un primer vistazo que en el segundo la libertad de Juan ha sido claramente conculcada, puesto que no se le ha permitido hacer lo que él quería, obligándole a salir de casa, etc. Por lo contrario, también es fácil de deducir que en el escenario 1, la libertad de Juan ha sido preservada. Pero, ¿qué sucede con el último?
En este caso, el proceso de libertad queda afectado puesto que Juan no podría hacer otra cosa aunque quisiera, es forzado por la imposición de un tercero, manipulando así el proceso de libertad (el modo en el que logramos lo que hacemos), sin embargo parece más difícil decir lo mismo de la oportunidad, ya que tanto en el escenario 1 (en el que hemos considerado que la libertad de Juan ha sido preservada) como en el escenario 3, él hace exactamente lo mismo.
Para solventar este escollo, tendremos que entender la oportunidad en un sentido más amplio, atendiendo también a la forma en el que la persona alcanza su objetivo. Es decir, atendiendo a la vez a la oportunidad y a su proceso. Pero para ellos tendremos que conocer su existencia y su definición.
Con este material conceptual, estaremos en mejor posición para determinar cuándo nuestra libertad o la de los demás, está siendo conculcada, sabiendo defenderla mucho mejor.
Fuente: La idea de la justicia; Amartya Sen
Imagen: escribimosenecos.blogspot.com.es