Filosofía
Inicio Metafísica Metafísica II

Metafísica II

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

Cualquiera que se atreva a tratar de explicar qué es la metafísica se está metiendo en un berenjenal, en un callejón del que difícilmente se puede salir. Lo que la mayoría de los filósofos aceptan, si no todos, es lo siguiente: 1) que la metafísica es una parte de la filosofía, una disciplina filosófica; 2) que la palabra «metafísica» viene de la expresión griega «ta metá ta fisicá«, la cual fue utilizada por Andrónico de Rodas para referirse a un conjunto de obras de Aristóteles; y 3) que la metafísica es una de las partes más abstractas de la filosofía. Para todo lo demás existe un amplio desacuerdo. Cada filósofo, dentro del marco de su época y de la corriente o escuela de pensamiento a la que pertenezca, entiende por metafísica algo diferente. En cualquier caso, podemos extraer algo que es común a diversas concepciones sobre la metafísica.

metafísica

Imagen típicamente utilizada en los talleres de metafísica y similares. Lo que los filósofos occidentales llaman metafísica, por más diferencias que haya entre unos y otros, nada tiene que ver con esto.

Cuestiones y problemas metafísicos: metafísica acumulativa

Hay una parte de la metafísica que tiene un carácter conservador y acumulativo: en cada época, la metafísica se ha enfrentado a diversas cuestiones, las cuales han sido calificadas de metafísicas. Tales cuestiones,en tanto que preguntas filosóficas, no suelen rechazarse (aunque hubo quién en el siglo XX lo intentó), de ahí su carácter conservador. Tampoco se terminan de resolver, de ahí su carácter acumulativo. Entre las cuestiones metafísicas más importantes podemos mencionar el problema de los universales, surgido en la antigüedad, o el problema mente-cuerpo, que surgió en la modernidad. Otras cuestiones, como la existencia de Dios o la naturaleza del tiempo, forman parte de este cúmulo de cuestiones metafísicas abiertas.

Si llamamos a algo metafísica tendrá que ir más allá de otra cosa

Cuando a un estudiante de los primeros cursos de filosofía se le pregunta ¿Qué es metafísica?, en el 90% de los casos o más contestará que es una parte de la filosofía que está más allá de X, donde X puede ser cualquier cosa, especialmente la física. Esto, para algunas concepciones de qué es metafísica, es correcto, aunque superficial. ¿Qué quiere decir que «está más allá»? Y aquí nos perdemos.

Este «más allá» puede ser malentendido de diversas maneras: se puede entender en términos espaciales, como un más allá sobrenatural, como la posición de un elemento de na serie con respecto a otro miembro de la serie, etc. El problema es que esta definición, la de la metafísica entendida como «más allá de lo que sea», tiene un carácter tan etimológico que lleva a malentendidos. En realidad, una mejor definición de metafísica sería esta: parte de la filosofía que investiga las condiciones de posibilidad de todo aquello que se da por hecho o parece obvio, con el objetivo de elucidar la estructura de la realidad.

Por ejemplo, cuando Noam Chomsky se preguntó cómo era posible que un niño aprendiera un lenguaje con una experiencia lingüística tan pobre, trascendió aquello que se daba por hecho, hizo metafísica, y para dar las condiciones de posibilidad de este hecho, postuló el órgano del lenguaje. Esta es la parte filosófica de la gramática generativa-transformacional de Chomsky. A partir de ella, comienza la científica.

Metafísica, espiritualidad y oriente

En los últimos años se han puesto muy de moda una especie de talleres de metafísica, escuelas de metafísica, terapias metafísicas y una infinidad de cosas más de este tipo. Me gustaría decir algo al respecto. Lo primero, la metafísica de la que he hablado aquí es la metafísica occidental, desarrollada por la filosofía occidental desde la época de los griegos. Esta se estudia en las universidades españolas; en segundo lugar, hay una metafísica oriental, la cual desconozco y, por tanto, no hablo de ella. Y, finalmente, estos talleres de metafísica, escuelas y terapias no me parecen de fiar. Con toda seguridad, tampoco le parecerían de fiar a los filósofos orientales.

Lo que sí que me parece es que la palabra «metafísica» se utiliza para vender cierto tipo de servicios y productos, dirigidos a un público muy específico. De este modo, aprovechando las connotaciones espirituales, místicas, arcanas y sobrenaturales que la palabra «metafísica» ha adquirido a lo largo de la historia, se consigue vaciar los bolsillos de un público atraído por el misticismo, la espiritualidad, lo sobrenatural y lo arcano.