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La Metafísica de Aristóteles

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

La Metafísica de Aristóteles es una de las obras más importantes de la historia de la cultura occidental y, por extensión, también es una de las obras más importantes de la historia de la filosofía. Eso no quiere decir, ni mucho menos, que sea un libro de grata lectura. Nada más lejos de la verdad. Si uno no está interesado en conocer los aspectos más abstractos de la reflexión filosófica occidental y si este interés no está suficientemente arraigado, la lectura de unas pocas páginas será suficiente para que el lector de mayor paciencia abandone la obra y huya despavorido. No obstante, en un blog de filosofía con el carácter académico que tiene este no podemos dejar de dedicar unas palabras a esta magna obra.

La metafísica de Aristóteles

La «Metafísica» de Aristóteles

1. Las vicisitudes de la obra

La explicación de por qué la Metafísica de Aristóteles tiene el aspecto que tiene no hemos de buscarla en el propio Aristóteles, sino en la posteridad. En efecto, con la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C. Aristóteles, que era macedonio, se vio obligado a huir de Atenas, pues en toda Grecia existía un sentimiento antimacedonio. El Liceo desaparecía y, con él, buena parte de las obras del estagirita. De este modo, se perdieron todas sus obras exotéricas, esto es, las obras divulgativas dedicadas al gran público, permaneciendo algunas de las esotéricas, aquellas que se utilizaban a nivel académico.

De este modo, los textos de Aristóteles estuvieron desaparecidos durante 200 años, hasta que alguien los encuentra en un sótano de Asia Menor. De allí regresan a Atenas y después a Roma. La primera edición de las obras de Aristóteles vinieron de uno de sus intérpretes más antiguos: Andrónico de Rodas (siglo I a. C.).

La Metafísica, por su parte, no existía. Sin embargo, Andrónico de Rodas encontró una serie de libros, unos tratados que no mantenían ninguna unidad ni sabía muy bien dónde colocar. Su idea fue unirlos todos y bautizarlos con la expresión griega «Tα Μετά Tα φυσικά» (Lo que viene después de la física). Como Aristóteles nunca utilizó esta expresión ni tampoco un libro que quisiera titular así, los intérpretes que han venido después de Andrónico de Rodas no se han llegado a poner de acuerdo en muy diversos asuntos, tales como lo que entendía el estagirita por metafísica, el orden correcto de los libros que componen la obra o el sentido de estos.

2. Algunos temas tratados en la Metafísica de Aristóteles

Aunque la tesis según la cual buena parte de la filosofía occidental está basada en esta especie de monstruo de Frankenstein literario llamado la Metafísica de Aristóteles, lo cierto es que es, de todas las tesis historiográficas que podamos hacer al respecto, la más acertada. En cualquier caso, de este conjunto de retales filosóficos medio arbitrario medio coherente, se pueden extraer algunas de las cuestiones que tocó el que fue considerado el más grande de todos los sabios de la antigüedad y del medioevo. Los temas tratados en la Metafísica de Aristóteles son los siguientes:

  • La doctrina de las cuatro causas. Se trata de una doctrina que explica la naturaleza de los seres a partir de cuatro causas: causa formal, causa material, causa eficiente y causa final. Según algunos libros de la metafísica, esta sería el estudio de las cuatro causas.
  • El sentido del ser. Según Aristóteles, «el ser se dice de muchas maneras». Por otra parte, según algunos otros libros de la metafísica, a esta le correspondería el estudio «del ser en cuanto ser».
  • La substancia, lo que subyace. A la metafísica le correspondería, según algunos de los libros que componen la obra, el estudio de la substancia, de qué es y de qué tipos de substancias existen.
  • El motor inmóvil. Aristóteles llegó a la conclusión de que el movimiento del universo era real y que este era imprimido por un motor inmóvil, una especie de fuerza que origina el movimiento sin moverse ella misma. La metafísica también estudiaría esto.