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El Judaísmo – Primera Parte

Publicado por Malena

el judaísmo

El Judaísmo tiene una larga trayectoria de más de cuatro mil años, y es una religión que ha tenido gran influencia en la la historia de la humanidad. Su presencia y aportación en la filosofía, la ciencia, las artes y la política ha sido significativa y ha dejado una huella imborrable en la civilización occidental.

El culto judío tiene un significado del sacrificio que no es fácil entender, debido a su condición de pueblo errante y sufriente que parece destinado al exilio. Su tradición es como un molde en el que se vuelca la vida de sus fieles, que parecen no necesitar buscar su propia trayectoria.

Se estima que en el mundo hay aproximadamente quince millones de judíos, que no representan una proporción demasiado grande de la población mundial, sin embargo es casi imposible comprender la historia del mundo civilizado sin analizar en detalle esta religión.

El impacto más profundo que provocan los judíos en nuestra cultura es la influencia de su modo de pensar sobre los problemas básicos de la existencia. El Judaísmo, con su concepción de un único Dios, se puede considerar el origen de las religiones monoteístas que aparecieron muchos siglos después, como el Cristianismo y el Islam.

A lo largo de la historia de esta religión, sus fieles han sufrido muchas dificultades; desde el exilio hasta el exterminio nazi. Sin embargo, esta creencia ha mostrado tener la resistencia necesaria como para vencer todos los avatares durante miles de años y preservar su esencia atemporal.

Las investigaciones históricas han coincidido en cuanto al origen del pueblo hebreo, considerándolo descendiente del pueblo amorreo que habitaba la región de la Mesopotamia en la antigüedad; y es probable que la palabra hebreo se relacione con los pueblos semitas.

La historia de esta religión comienza con Abraham, que por mandato divino abandona la tierra de sus padres y viaja a Egipto y luego a Jerusalén, centro espiritual y político de Israel. Abraham para los judíos es el símbolo del hombre de una fe tan firme que hasta está dispuesto a sacrificar a su hijo como prueba de su entrega incondicional a Dios. Es el hombre que establece la alianza entre Dios y el pueblo de Israel sobre la tierra prometida.

La segunda etapa de la historia de los judíos se desarrolla con el protagonismo de Moisés, con quien Dios ratifica la alianza. Los hebreos, según la Biblia, se establecen en Egipto en su búsqueda de alimentos y tierras de pastoreo, pero posteriormente son esclavizados.

En el siglo XIII a. de C., Moisés, que había sido criado en Egipto, lidera el éxodo que libera al pueblo judío de la esclavitud y lo lleva guiado por él al desierto. En el Monte Sinaí es donde Moisés experimenta la visión de Dios único, que lo apartará a él mismo de sus creencias paganas, en un mundo plagado de confusión y superstición.

El Judaísmo no se basa en un profeta o salvador sino en la idea de un pueblo elegido por Dios. Esta idea de ser un pueblo elegido ha sido a la vez una fuente de orgullo y una carga para los judíos a lo largo de la historia.

Una vez establecidos en las tierras de Caanan, los judíos se organizan en doce tribus y a partir de allí se inicia el período de los jueces, que sobrevivirá casi doscientos años hasta la llegada de David, rey que unificará la Nación bajo una autoridad única con Jerusalén como Capital.

El tercer ciclo es el período de los reyes, cuya figura más destacada es Salomón, quien hace construir el famoso templo a Jehova en el año 950 a. de C. Este templo se convierte en el centro espiritual y político de los judíos y es considerado uno de los más importantes lugares sagrados de la historia.

A la muerte de Salomón, el reino se divide en dos, Israel del Norte y Judá al Sur, y a partir de ese momento comienza una etapa de decadencia y desintegración y es cuando aparecen los profetas y las escuelas proféticas, que son los custodios de esa religión.

Los profetas advierten a los judíos acerca de la crisis moral y espiritual que impera pero no consiguen unirlos en la fe y finalmente este ciclo termina con la trágica conquista de los reinos de Israel y Judá a manos extranjeras, la dispersión del pueblo y el exilio.

Sin embargo, hasta nuestros días, los judíos han estado presentes en todas las épocas y en todos los continentes del mundo. Han contribuido de manera significativa en todas las áreas del conocimiento humano y han demostrado una resiliencia y una capacidad de adaptación asombrosas.

(Continúa Segunda Parte)

Fuente: «Religiones del Mundo, Houston Smith

«Historia de las religiones», E.O.James