Filosofía

Proporción

Publicado por Ruben Avila

proporciónComo hemos visto los estoicos aunque consideraban que el mundo era bello y veían belleza en cada uno de sus elementos, no negaban la existencia de la fealdad. Y esto, aunque parezca una paradoja, no tiene porqué ser considerado como tal, si tenemos en cuenta que para ellos lo feo tenía un papel fundamental a la hora de resaltar lo bello. Es decir, las cosas feas son necesarias para que las bellas resalten su belleza, por contraste. Siguiendo su concepción del mundo armonioso y dirigido por el orden, no podría ser de otra forma. La fealdad sin objetivo alguno, como simple manchón en la naturaleza de las cosas no podía existir.

De todas formas, hasta ahora, en la serie de artículos que llevamos hablando sobre los estoicos y su estética, si bien hemos establecido que para ellos el mundo es bello, no hemos entrado en detalle respecto a qué consideraban ellos la belleza. Bien, pues ya es hora de hacerlo.

La belleza estoica

En realidad, no innovaron en su concepto de belleza, y tampoco os vais a sorprender, los que hayáis leído los artículos anteriores, de cuál era para ellos su esencia. Efectivamente, la medida y la proporción. Lo que, por otra parte, era la visión común griega de la belleza. Así, Galeno, referenciando al estoico Crisipio aseguraba que «la proporción o la falta de proporción que se produce en lo caliente y lo frío, lo húmedo y lo seco es salud o enfermedad, la proporción o la falta de proporción en los tendones es fuerza o debilidad, vigor o flojedad, y la proporción o la falta de proporción en los miembros es belleza o fealdad. [Así que] puso la salud en la proporción de los elementos, y la belleza en la de las partes».

Medida y proporción son los elementos que definen tanto la salud como la belleza. De no darse, estaríamos hablando de enfermedad y fealdad.

Por otra parte, por seguir sin las innovaciones, los estoicos asumieron el concepto de symmetria, que era el término que utilizaban para designarla en su sentido absoluto.

Para la otra, para la belleza relativa, tenían otro término: el decorum

El decorum

Pero era relativa teniendo en cuenta solamente su objeto. Es decir, cada cosa tendrá su decorum, atendiendo a su naturaleza, pero sin tener nada que ver con lo externo a ella, como el sujeto que lo maneja. Lo conveniente, lo apropiado o lo adecuado para ella (que es como podríamos “traducir” el significado de decorum) es ajeno a las condiciones generales, al tiempo, o al ser que lo maneje o pretenda hacer uso de ella.

Si recordamos, los sofistas anteriormente habían defendido algo bastante diferente. Y, más tarde, autores como Quintiliano, volverían a recuperar la noción sofista, contradiciendo a los estoicos, al asegurar que el decorum sí que cambia dependiendo de las personas, el lugar, el tiempo o, también, el motivo.

Pero, siguiendo la noción estoica de esta belleza relativa, la que tenga un objeto determinado siempre será la misma, atendiendo a su naturaleza particular y obviando todo lo demás.

Imagen: blog.tintes-para-cabello.com