Filosofía China
El Confucianismo, el Taoísmo y el Budismo son el fundamento de la filosofía China.
Estas tres religiones, junto a cierto componente del chamanismo y algún otro culto popular están relacionadas entre si y se funden en una sola filosofía.
Cada una de ellas tiene un distinto enfoque del ser humano pero las tres poseen una actitud básica sobre la unidad de los opuestos.
El aporte esencial del Confucianismo es en el área de las relaciones sociales. Nada es más importante que las cinco relaciones constantes, que son, la de padre/hijo; marido y mujer; hermano mayor/hermano menor; amigo mayor/amigo menor; gobernante/súbdito.
Estas relaciones permanecen a lo largo de la vida y el comportamiento que adoptamos en las estructuras formadas por el cruce de estas relaciones humanas, determinan nuestro destino.
Para Confucio (siglo VI. a. de C.), la relación ideal es la de la comprensión de los sentimientos e intereses de los demás, y es a través de esta empatía que el hombre puede cada vez más abrir su corazón a los otros para que puedan latir al unísono.
Se empieza con establecer estas relaciones ideales con la familia, luego con la comunidad, posteriormente con el pueblo y finalmente con todo el mundo.
Pero esta empatía no se refiere únicamente a un sentimiento hacia los seres humanos sino que también comprende a la naturaleza y a todo el Universo.
El Confucianismo es una filosofía de vida con una función religiosa.
Confucio era un maestro y sus enseñanzas sobre el comportamiento ético todavía subsisten. Creía que la felicidad del hombre se basa en el respeto por la tradición, la autoridad y la obediencia. Es un método de vida que permite organizar una sociedad estable.
Mientras Confucio enseñaba a la sociedad China, su contemporáneo Lao Tsé, (siglo VI a. de C.) primer filósofo del Taoísmo, imprimía en la cultura de los chinos esta doctrina a través de su pequeño libro “Tao Te Ching” (El camino verdadero y el poder).
De caracter también panteísta, el Taoísmo (siglo VI a. de C.) concibe al Tao (camino verdadero) como principio espiritual y material creador y ordenador del mundo.
La norma ética fundamental es la de no perturbar su acción.
La vida es un bien y propone para la vida práctica la contemplación y la supresión de todo deseo.
El Taoísmo tiene como símbolo de las oposiciones de la vida el Yin y el Yan, que no están divididos sino que cada una contiene al otro; y representa el misterio de la relación entre los contrarios que caracteriza nuestras vidas y la forma en que pueden unirse.
Los chinos hallan refugio en las tres religiones en cada momento de sus vidas. En las fiestas nacionales son Confucionistas, cuando caen enfermos son Taoístas, para curarse con sus hierbas e invocar a los espíritus; y a la hora de la muerte son Budistas y creen en la reencarnación.
El Budismo (siglo V. a. de C.), nace en India basado en las enseñanzas de Siddhartha Gautama, el Buda, y posteriormente se expande por Asia y China.
La meta fundamental del Budismo en esta vida es evitar el sufrimiento por medio del desapego de las cosas materiales y lograr salir de los ciclos de renacimientos, con la meditación y mediante la observancia de ciertos principios morales.
El Budismo adoptó conceptos del Hinduismo, en especial la doctrina del karma (condicionamiento que traemos todos de las vidas pasadas), pero también rechazó otros como la existencia de sus muchos dioses.
Propugna la eliminación de los deseos para evitar el sufrimiento y lograr el Nirvana (la ausencia total de deseos).
Ninguna de estas religiones se disputan a sus miembros, porque en definitiva las tres son sólo una.