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La Felicidad para Platón

Publicado por Malena

Para Platón, la felicidad sólo es posible en el mundo inteligible

La Felicidad para Platón

La felicidad, esa sensación de plenitud, paz y serenidad que nos llena de alegría interior, y nos permite disfrutar de la vida, parece ser una quimera inalcanzable para la mayoría de la gente.

Sin embargo, una encuesta reciente en Argentina sobre este tema, dio un resultado inesperado: más del 70% de las personas que fueron interrogadas contestó que era feliz.

Este porcentaje se asemeja al registrado en países europeos, mientras que en el resto del mundo donde se realizó este tipo de investigación, las cifras fueron muy inferiores.

La definición de felicidad que figura en el diccionario nos dice entre otras cosas, que la felicidad es el estado del ánimo de satisfacción y contento que se complace en la posesión de un bien.

Esta definición corresponde a una filosofía materialista propia de países de alto nivel de consumo, con una cosmovisión que identifica al Ser con el tener.

Pero todos sabemos que ni bien hemos accedido a un bien deseado nuestro interés va decayendo en forma rápida junto con el estado de satisfacción que nos provocó antes de tenerlo. De manera que esa definición describe a la felicidad como una posibilidad pasajera que cuando termina, ahonda aún más la sensación de vacío y descontento interior provocando un nuevo anhelo.

Como señalé en un artículo anterior, para el Dalai Lama la felicidad puede ser un estado permanente en los seres humanos y se puede lograr con el desapego y la compasión que nos permiten cambiar nuestra forma de ver el mundo y liberarnos del sufrimiento.

Para Platón, la felicidad es posible cuando el hombre puede contemplar las esencias de las cosas que para este filósofo son las ideas de Dios. Se refiere a ver con el intelecto, más allá de la ilusión que nos ofrecen nuestros sentidos.

Platon reconoce que no se puede ser feliz sin ver la obra de Dios en el mundo que se manifiesta como modelo para la felicidad humana.

Para que el hombre pueda alcanzar la felicidad es necesario que se identifique con Dios practicando la virtud.

Nunca un ser humano podrá ser como Dios pero la tarea del hombre para ser feliz es parecerse a Él lo más que pueda por medio de la sabiduría; ya que los dioses se ocupan de cuidar a todos los que desean ser justos.

Platón consideraba que ofrecerle sacrificios a Dios y elevarle súplicas, para el hombre justo es la mejor forma de lograr una vida feliz, pero para los malvados estas ofrendas y pedidos no tienen eficacia.

El culto religioso y la virtud son por lo tanto en Platón los medios para ser dichoso en esta vida porque sólo los virtuosos pueden ser verdaderamente buenos y felices.

Para Platón la virtud es el conocimiento de lo que es realmente bueno para el hombre y la idea de lo que esa bueno no es relativa sino que es un valor absoluto, porque si no fuera así no podría ser objeto de conocimiento.

Oriente al respecto no difiere de occidente con su doctrina que propone la compasión como la principal virtud y el desapego o el fin de los deseos para lograr la felicidad.

Del mismo modo, la filosofía platónica describe al mundo sensible como ilusorio porque la verdadera realidad en primer lugar es la idea del bien.