Aristóteles y la Política
Sólo un Estado moral prosperará cuando sus ciudadanos sean buenos y se puedan realizar.
El Estado para Aristóteles tiene como base a la familia la cual cubre las necesidades cotidianas de sus miembros. Cuando se agrupan varias familias con la necesidad de abastecer al grupo constituye una aldea y cuando esta aldea se agranda y forma una comunidad se transforma en la ciudad estado capaz de bastarse a si misma casi por completo.
La ciudad estado tiene el fin de lograr el bien más alto del hombre, su desarrollo moral y su educación.
Para Aristóteles el Estado es natural y también el hombre es un animal político por naturaleza, incapaz de vivir fuera de una sociedad.
En lo referente a la familia, Aristóteles se limita a exponer las relaciones entre amos y esclavos y la obtención de recursos. Considera a los esclavos como instrumentos para el beneficio de sus dueños.
La condición de la esclavitud es natural ya que según su perspectiva, es evidente que desde el nacimiento algunos tienen el destino de mandar y otros de obedecer, y para los esclavos resulta lo más conveniente y justo.
Este punto de vista puede ofender nuestros principios pero hay que recordar que para Aristóteles existen las diferencias individuales según las capacidades, por lo tanto, esta singularidad los destina a ocupar diferentes posiciones sociales.
No obstante, insiste sobre la necesidad de no abusar de los esclavos, ya que sus intereses son los mismos que los de sus amos, debiendo darles la posibilidad de contar con la esperanza de la emancipación.
Tampoco admite que los hijos de esclavos tengan que ser necesariamente esclavos ni que la conquista de territorios justifique la esclavitud.
Con respecto a los bienes materiales, en la ciudad estado existen distintas maneras naturales de adquirir riquezas, una corresponde a la acumulación de las cosas indispensables para la vida y la otra es el intercambio, como modo natural de conseguir bienes.
No obstante no era partidario ni de que los ciudadanos pudieran acumular grandes riquezas ni de igualar la propiedad de bienes, pero sí consideraba importante el hecho de educar a los hombres para que éstos no se centraran en desear ser ricos, y en impedir la excesiva riqueza.
Existen modos no naturales de adquirir recursos como utilizar el dinero como intermediario, y en la usura, que acrecienta el capital cobrando interés, prácticas que condenaba.
A los mecánicos y artesanos los excluyó del derecho que tenían los demás ciudadanos de asistir a la Asamblea y a los Tribunales, por considerar que carecían de tiempo para esas actividades y por creer que la práctica artesanal libera al alma y no le permite ver la virtud.
Para Aristóteles la aristocracia es la mejor forma de gobierno para ser gobernados como hombres libres por hombres verdaderamente capaces, aunque también propone una clase intermedia de democracia que habilita a asumir cargos a quienes lo merecen.
Con todo, cualquier tipo de gobierno lleva inevitablemente a la revolución si se exagera en sus funciones.
Cada ciudadano poseerá un terreno cerca de la ciudad y de la frontera y éste será cultivado por los obreros no ciudadanos.
Aristóteles daba gran importancia a la educación que según él debería estar en manos del Estado. La primera educación debe ser la del cuerpo y sus apetencias y lo más importante en la educación será la moral, ya que el ciudadano deberá ser formado para ser primero un buen soldado y luego un buen gobernante o magistrado.
De un estado sano y moral surgen individuos también sanos y morales, y todas las medidas políticas deberán estar orientadas hacia la paz.
Los estados militaristas sólo se destacan en las guerras pero en la paz se derrumban.