Aristoteles y la belleza
Dentro de la historia de la estética la teoría del arte aristotélica tiene una importancia crucial. El filósofo griego puso sobre la mesa conceptos, como el de la independencia del arte, que todavía en la actualidad siguen siendo fruto de debate. A él le debemos buena parte de nuestra concepción artística. Bebemos directamente de la cultura y los pensadores de la Antigua Grecia y qué duda cabe de que Aristóteles es uno de sus principales exponentes. Sin embargo, además de su teoría del arte, de la que hemos hablado a lo largo de varios artículos, el pensador estagirita también nos legó una definición de la belleza, aunque no tuviera tanta importancia como su teoría artística.
¿Qué es la belleza?
Una de las razones, quizás la fundamental, de que la idea de belleza aristotélica haya pasado prácticamente inadvertida, por lo menos si la comparamos con la idea de belleza platónica, por ejemplo, es que Aristóteles nos habló de ella digamos que de pasada. O para, ser más exactos, teniendo en cuenta los textos que contamos de él, tenemos que decir que no se centró en la belleza. Conviene recordar que buena parte de los textos escritos por Aristóteles se perdieron en el tiempo así no podemos asegurar al 100% que no dedicase algún libro a definirla. Sea como sea, de existir, no lo conocemos. Y de lo que no se conoce, es mejor no hablar.
De lo que sí podemos hablar es de la Retórica, libro de Aristóteles que sí que ha llegado a nuestros días y en el que se nos ofrece una definición de la belleza, aunque un poco enrevesada:
Entonces, algo bello es aquello que debe ser preferible por sí mismo, no como medio para conseguir otra cosa diferente, y además que sea digno de alabanza; o que aquello que sea bueno además sea agradable, pero que lo sea por el hecho de ser bueno. Vaya, parece que no hemos aclarado gran cosa… Vamos a intentarlo de nuevo, simplificándolo un poco.
Bello es aquello que es valioso por sí mismo y es agradable. Más claro, ¿no?
Así que queda claro que la belleza, para Aristóteles, se compone de dos características fundamentales: por un lado tiene que ser apreciada por sí misma, y no por la utilidad que tenga, y cuyo valor reside precisamente en esta cualidad, y no por el resultado que pueda ofrecernos; por otro, bello es lo que nos produce placer, por lo que no sólo es placentero sino que nos llega gracias al placer que nos produce. Es decir, nos agrada y nos llena de admiración.
Estos son los valores de la belleza aristotélica que, como podemos comprobar, no resulta todo lo limpia que nos podría gustar.
En cualquier caso, se puede sintetizar en la definición anterior, aunque no sea capaz de aprehender exactamente lo que Aristóteles quería decirnos: bello es aquello que es valioso por sí mismo y nos produce placer.
Imagen: es.wikipedia.org