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Platón, sobre la Familia y la Educación

Publicado por Malena

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Platón nos dice en su libro «La República» cómo debería ser el rol de la mujer en un Estado ideal.

La mujer tiene el derecho de ser educada tanto en gimnasia, como en la música y la disciplina militar igual que el hombre y su rol no se reducirá al cuidado de la casa y de los hijos, ya que ambos sexos sólo se diferencian por sus funciones en el acto de la procreación.

La mujer es físicamente no tan fuerte como el hombre pero tiene las mismos dones naturales.

Con respecto a las relaciones conyugales consideraba que los de clase alta como los guardianes, debían ser controlados por el Estado, para tratar de obtener la mejor descendencia posible y para que puedan relevarse con eficiencia de sus ocupaciones oficiales. La crianza de los hijos se realizaría en una de sus instituciones destinadas al cuidado infantil.

Esta idea de ningún modo sugiere que Platón propiciara el amor libre.

Los guardianes y los auxiliares no tendrán propiedad privada ni familia y sus matrimonios serán arreglados por los magistrados que correspondan, debiendo engendrar hijos de acuerdo a una planificación determinada; y en el caso de tener hijos en forma ilegal, éstos pasarán a pertenecer a la clase de los artesanos, ya que los artesanos podrán conservar sus propiedades y tener su familia libremente.

El proceso educativo de los niños comenzará con la enseñanza de la música y el conocimiento de las narraciones legendarias, siempre que éstas no transmitan opiniones contrarias al pensamiento que deberán tener al ser mayores.

Los niños no podrán ser instruidos en las inmoralidades en que se aceptaba incurrían los dioses sino que a Dios se lo debería representar como autor de cosas solamente buenas.

El Estado no sólo se deberá ocupar del bien económico del hombre sino también de su felicidad para que pueda ser justo y llevar una vida recta.

La educación será necesaria porque el hombre es un ser racional que debe orientarse hacia el bien y la verdad.

Esta obsesión por la verdad hace que Platón excluya del Estado ideal a los poetas y dramaturgos, no en contra de la belleza que crean, sino del uso que hacen de tales bellezas.

Porque el interés de Platón está centrado específicamente en la ética, y es por eso que desea eliminar el decir liberal de los poetas sobre los dioses y todas las ridiculeces que les atribuye.

Sólo serán admitidos en el Estado ideal los poetas si están dispuestos a dar ejemplos de moralidad, caso contrario estarán sujetos a la censura del Estado.

El cuidado físico de los guardianes intentará formar personas aguerridas con gran capacidad de atención y con gran agudeza visual y auditiva, evitando que se conviertan en parásitos y haraganes.

La selección de los dirigentes del Estado será muy cuidadosa y Platón le da mucha importancia, ya que el poder puede aplicarse tanto para el bien como para el mal y puede abusarse de él y convertirse en un perjuicio y no en un beneficio para el Estado.

Todos sabemos que la educación física y mental de la juventud ha sido siempre una preocupación de todos los gobiernos del mundo, ya que de su formación depende el futuro de las naciones.

Platón también enfatiza la importancia de la justicia en su Estado ideal. Para él, la justicia no es solo una virtud individual sino una cualidad esencial del Estado. La justicia se logra cuando cada clase social cumple con su función específica sin interferir en las funciones de las otras clases. Los gobernantes, que son los filósofos-reyes, deben gobernar con sabiduría y justicia, los guardianes deben proteger el Estado y los productores deben encargarse de la economía y la producción de bienes.

Además, Platón sugiere que la educación debe ser continua y no limitarse solo a la niñez. Los ciudadanos deben estar en constante aprendizaje y perfeccionamiento de sus habilidades y conocimientos. Esto es especialmente importante para los gobernantes, quienes deben ser los más sabios y justos de todos.

Platón también aborda la cuestión de la propiedad y la riqueza. En su Estado ideal, los guardianes y los gobernantes no deben poseer propiedades privadas ni acumular riquezas. Esto es para evitar la corrupción y asegurar que su único interés sea el bien común. La riqueza y la propiedad privada están reservadas para la clase de los productores, quienes pueden tener familias y propiedades, pero deben contribuir al bienestar del Estado a través de su trabajo y producción.

La filosofía de Platón sobre la familia y la educación refleja su visión de un Estado ideal donde la justicia, la sabiduría y el bien común son los valores supremos. Aunque sus ideas pueden parecer utópicas y difíciles de implementar en la práctica, han tenido una influencia duradera en la filosofía política y educativa a lo largo de la historia.

Fuente: «Sócrates y Platón», Colección Grandes Pensadores, Ed.Planeta DeAgostini S.A., España, 2007