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El Idealismo y el Racionalismo

Publicado por Malena

el idealismo y el racionalismo

La filosofía de Gottfried Wilhelm Leibniz (1844-1900) es la más alta expresión del racionalismo que luego es adoptado por la ciencia y por la filosofía de Europa.

La diferencia entre verdades de razón y verdades e hecho significa que el ideal de la ciencia es estructurar su contenido como verdades de razón.

Lo que se comprueba en la experiencia se convierte en juicios, con el fundamento de haber sido demostrado.

El ideal del racionalismo es que todo conocimiento se estructura com la matemática, la geometría, el álgebra, la aritmética, el cálculo diferencial y el integral.

Es el momento en que el hombre de ciencia comienza a vislumbrar la posibilidad de descubrir una formula matemática que le permita entender todo el universo.

En el racionalismo de Leibniz existe una metafísica espiritualista, representando al universo construido por substancias espirituales que denomina mónadas.

El universo tiene así dos aspectos, uno material con sus leyes y sus fenómenos, tal como los percibimos y sentimos y otro más profundo, donde se encuentran las verdaderas realidades en sí y por si, que son las mónadas.

El mundo sensible representa las ideas confusas de la realidad profunda que son las mónadas espirituales.

De esta forma, con Leibniz continúa la idea de los dos mundos que ya aparece en la filosofía de Parménides.

En Leibniz se encuentra aún el residuo del realismo aristotélico, al considerar la mónada substancia en sí.

La mónada no es objeto de conocimiento científico porque trasciende el mundo fenomenológico.

Emmanuel Kant (1724-1804) es el encargado de lograr terminar lo iniciado por la actitud idealista abandonando el residuo de realismo que se esforzaba en encontrar el elemento en si y por si de la verdadera realidad.

La actitud idealista se basa en la intuición del yo pensante y termina con la idea del ser en sí.

Para Kant, en la relación de conocimiento el objeto es un ser para ser conocido, pero no en sí y por sí, como una realidad trascendente.

De esta manera Kant ofrece la formulación más completa y perfecta del idealismo trascendental, dando paso a una nueva filosofía que es la que llega hasta nuestros días.

Kant se ubica en la confluencia de tres grandes corrientes filosóficas: el racionalismo de Leibniz, el empirismo de Hume y la ciencia físico matemática de Newton.

De esas tres grandes corrientes de pensamiento extrae Kant los elementos fundamentales para plantear la teoría del conocimiento y el problema de la metafísica.

Kant, un hombre que vivió toda su vida en Könygberg, una ciudad perdida en el Este Septentrional de Europa, en los límites de Rusia y Finlandia, era hijo de una muy modesta familia muy religiosa.

Tuvo que dar clases particulares para subsistir hasta que años después comenzó a trabajar como docente en la universidad, sin título de profesor, logrando recién mucho más tarde el cargo de profesor ordinario.

Era un hombre de estructura menuda, muy rutinario, meticuloso y moderado en todo, que se destacaba por su puntualidad y que llegó a vivir ochenta años a pesar de no gozar de buena salud y que se vio obligado diez años antes de morir a abandonar sus clases en la universidad debido a su agotamiento por los grandes esfuerzos mentales realizados.

Kant expone en sus obras su sistema filosófico, principalmente en “Crítica de la razón pura”.

Fuente: “Lecciones preliminares de filosofía”, Manuel García Morente.