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La Filosofía Educativa y los Medios de Comunicación

Publicado por Malena

La Filosofía Educativa y los Medios de Comunicación

En la actualidad, el uso de los medios de comunicación se encuentra al servicio de los intereses económicos, por lo tanto, la programación respeta únicamente el rating, o sea el porcentaje de la mayor audiencia, tanto en la radio, como en la televisión, el cine y el teatro comercial.

Por lo tanto no se dedican a la difusión de una filosofía educativa sino que por el contrario tratan por todos los medios de reducir al hombre a un cuerpo, de procurarle todos los placeres materiales, y de mantenerlo aferrado a las cosas concretas.

Cuando la mayoría manda perdemos todos, porque la mayoría desde siempre en la historia ha sido la menos ilustrada, la más carenciada, la que ha tenido menos oportunidades de educarse, de conocer y de saber.

La mayoría es la que está perdiendo los valores más rápidamente, porque son las que más conocen los códigos de la gente consumidora aferrada a las cosas, y es la que se rige por ellos, por lo que se usa, lo que está de moda.

La mayoría es la que mueve toda la maquinaria infernal del consumo, es la que hace lo que todos hacen, y usa lo que los demás usan, porque la moda tiene el poder de llegar a todos los niveles en una versión más barata.

La mayoría es la que quiere tener todo lo que los demás tienen, sin pensar si realmente lo necesita y si realmente le gusta, es la gente que no piensa por si misma, la que se deja pensar por otros. Es la mediocridad hedonista que consume sin conciencia.

Los medios de comunicación lejos de educar y formar, maleduca y deforma la mente de los jóvenes y no tan jóvenes que a pesar de ser ya mayores se resisten a ser adultos.

La filosofía actual en los medios de comunicación es nihilista y apocalíptica, formada por realizadores artísticos pseudos intelectuales que se alistan en una filosofía que no conocen, no para expresar su verdadera cosmovisión sino para vender más y fomentar la difusión de sus patéticas formas de vidas .

El nihilismo de Nietzsche, por ejemplo, es un modelo moral por excelencia. La muerte de Dios, no significa que todo vale, sino que traslada la responsabilidad de ser un superhombre al hombre, como conocedor absoluto de lo que es realmente moral.

El todo vale es una filosofía silvestre, barata y sin sustento, porque ningún filósofo hasta ahora ha propuesto en la historia la posibilidad de una sociedad hedonista, parásita, caótica, sin ningún tipo de regla de convivencia ni valores, que pueda subsistir sin terminar aniquilándose.

La figura del héroe ha dado paso al antihéroe; la doctrina del logro a través del esfuerzo ha dado lugar a la pereza y la adicción; y la convicción de llegar a ser un ser humano confiado, integrado, evolucionado y consciente se ha convertido en la creencia del sin sentido de la vida y la justificación de la inoperancia y decadencia, por depresión y miedo a la muerte.

El hombre actual se aferra al cuerpo, a la juventud eterna, cuando es un espíritu eterno con un cuerpo transitorio que envejece y muere.

No piensa que !cuánto mejor es que exista la muerte!, porque si no existiera, ¿qué sería de nosotros?, un permanente peregrinar por este mundo, hastiados de todo y obligados a presenciar la maldad, la insolencia, la irreverencia, la violencia, el desenfreno y el sufrimiento.

Los medios de comunicación, pudiendo ser el mejor vehículo para que el hombre evolucione a un nivel de consciencia superior, hacen todo lo posible para desalentar cualquier intento.