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La Filosofía y las Alucinaciones

Publicado por Malena

La Filosofía y las alucinaciones

Sabemos que la percepción modifica la realidad concreta porque depende de quien la mire.

Las alucinaciones son un verdadero enigma aún no revelado que mueve a la especulación filosófica y religiosa.

Son estados alterados de conciencia que producen imágenes que no coinciden con el entorno en que se encuentra el sujeto ni se asemeja a lo que perciben los demás en forma objetiva.

Es un fenómeno que provoca curiosidad y que sugiere la posibilidad de que pueda existir una realidad que comúnmente no vemos pero a la que eventualmente podemos acceder en otro estado de conciencia.

Descartes se preguntaba ¿cómo podemos estar seguros de nuestros sentidos si estos nos engañan? ¿Qué prueba tenemos que lo que estamos viviendo no sea un sueño?

Por lo cual llega a la conclusión, que de lo único que podemos estar seguros es que estamos pensando, porque los sentidos no son confiables como para fundamentar un conocimiento verdadero.

Solamente la razón humana es la que puede brindar una certeza.

El estudio de las alucinaciones representa un verdadero desafío para la ciencia porque de alguna forma todos modificamos la realidad que vemos según nuestras experiencias y nuestras creencias.

De manera que toda percepción podría ser calificada en parte como alucinatoria, ya que intervienen no sólo los datos externos sino también los internos, que son diferentes de lo que suponemos es el mundo físico.

La filosofía contemporánea pone reparos a la definición clásica de lo que significa la alucinación para la ciencia, de que se trata de percepciones sin objeto.

Para el intencionalismo, tanto la percepción común como la alucinación son experiencias sensoriales que deben considerarse representaciones mentales: en el primer caso son verdaderas y falsas en el segundo, sin buscar el fundamento en los datos sensoriales.

Para el racionalismo la percepción común es algo real muy diferente de la alucinación.

Algunas alucinaciones forman parte de las prácticas culturales de ciertas culturas indígenas.

Los chamanes de algunas tribus que aún existen en el Amazonas peruano realizan prácticas de sanación. Para ellos, estos fenómenos alucinatorios que perciben son simplemente una parte de su vida cotidiana, porque no consideran que se trate de percepciones sin objeto o una modificación delirante de la realidad, sino que son sueños lúcidos, visiones con un significado, un tipo de conocimiento superior que han aprendido a interpretar.

Los chamanes utilizan el poder físico que tienen las plantas para curar enfermedades. Realizan distintos procedimientos con fines medicinales para preparar remedios y la parte espiritual de las plantas es utilizada como canal de información de mensajes espirituales.

Para las ceremonias de curación, el chamán ingiere una infusión que modifica su conciencia, le permite salir de su cuerpo y trasladarse a otros mundos.

Esas visiones, combinadas con los símbolos culturales de su entorno, son necesarias para su trabajo, y son estimuladas por los brebajes que preparan con plantas con poder psicotrópico.

Las alucinaciones hasta ahora han sido interpretadas como hechos patológicos o como oportunidades visionarias atribuidas a divinidades o a mensajeros del mal.

Fuente: J.C. Gonzalez y Jerome Dokic; y Rama Leclerc, doctora en Antropología, Revista Investigación y Ciencia, “Mente y Cerebro”, julio/agosto 2009