Filosofía
Inicio Metafísica Ateísmo y agnosticismo

Ateísmo y agnosticismo

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

Evidencias para el ateísmo y el agnosticismoEl ateísmo es la doctrina según la cual Dios no existe. El agnosticismo es la tesis según la cual cualquier creencia sobre la existencia o sobre la inexistencia de Dios carece de fundamento y, por tanto, no debería ser mantenida ninguna. Ambas tesis se oponen al teísmo, que es la creencia en la existencia de dioses que pueden haber creado y que pueden gobernar el mundo. A su vez, el agnosticismo se opone también al ateísmo. Estas tres cosmovisiones se parecen entre sí en el hecho de que todas se basan en la misma evidencia para apoyarse, de tal modo que lo que llama la atención aquí es saber lo que es evidencia para defender qué cosa. De esto tratará nuestro artículo.

La evidencia del teísta

El teísta ve que la naturaleza es ordenada, que existe un orden natural. Por lo general, tiende a pensar que tal orden requiere una inteligencia, la cual puede ser creadora o, simplemente, una especie de cuidador del mundo, que lo mantiene siempre a punto. La regularidad en la naturaleza es para el teísta evidencia suficiente para creer que Dios existe o que existe alguna deidad, según sus propias preferencias culturales. Para que la tesis de que Dios existe pueda ser defendida, tiene que estar apoyada por alguna otra serie de tesis del tipo «Dios es oculto», «Dios o los dioses no son cognoscibles para los hombres», etc.

La evidencia del ateo

El ateo da una respuesta al teísta. El ateo no ve evidencia de que exista una entidad del tipo que postula el teísta, sea esta del tipo que sea. El ateo ve que en el mundo hay gatos y perros, átomos y genes, electricidad y arena de playa, pero nada de eso es evidencia de la existencia de la entidad divina, sea esta cual sea, postulada por su colega el teísta. Es más, diría el ateo, en muchos casos parece que la evidencia es contraria a la existencia de la entidad divina que postula el teísta. Por ejemplo, en el caso del judaísmo y del cristianismo, la existencia del mal y la imperfección del mundo, desde un punto de vista metafísico, pueden ser utilizados para negar la existencia de un Dios omnipotente o de un Dios bondadoso.

La evidencia del agnóstico

El agnóstico defiende un punto de vista que responde a los dos anteriores. En realidad, tal y como es el mundo, este es compatible tanto con la existencia de un Dios, como con su inexistencia. Por otra parte, la evidencia que nos encontramos nos obliga a no forjarnos creencias respecto de la existencia o inexistencia de alguna deidad. No contamos con la suficiente evidencia como para negar o afirmar la existencia de alguna entidad divina. Desde este punto de vista, tanto el ateísmo como el agnosticismo son doctrinas igualmente confesionales, siendo la posición agnóstica la más razonable.

El agnosticismo es el punto de vista que más difiere respecto de los otros dos. En efecto, por un lado no postula la existencia de una entidad ni tampoco la niega, por lo que no incluye una hipótesis de existencia, algo que comparten ateísmo y teísmo. Por otro lado, dada esta hipótesis de existencia, el ateísmo y el teísmo han de cargar con el peso de la prueba, es decir, el ateo debe darnos una prueba de la inexistencia de deidades y, por su parte, el teísmo ha de darnos una prueba de que existe el dios o los dioses que postula. El agnosticismo, dado que no hace postulaciones a este respecto, no tiene por qué dar pruebas. Por otra parte, sí que tiene que probar que no se puede probar la existencia ni la existencia de Dios, es decir, que no contamos con la evidencia suficiente para hacer tales afirmaciones.