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Felicidad o Dinero

Publicado por Malena

Felicidad o dinero

Cada vez son más los multimillonarios que deciden donar gran parte de sus inmensas fortunas a obras benéficas con la intención de lograr ser más felices.

Saben que tener mucho dinero también puede tener un precio muy alto, que a veces sólo se paga con sufrimiento.

Por esta razón, algunos ricos no quieren que sus descendientes tengan demasiado dinero porque saben que la riqueza puede hacer que la vida se torne miserable.

Otros, tal vez tengan conciencia de que mientras ellos acaparan riqueza existen quienes apenas pueden sobrevivir, sin ninguna oportunidad de salir de su condición. Es el momento de la vida en que ya no pueden ignorar más al mundo circundante, cuando son capaces de salir de si mismos e intentar paliar de algún modo la aflicción en el mundo.

Cuando buceamos con cierta profundidad en la vida de los ricos podemos aprender de ellos, porque la riqueza se encuentra en las oportunidades que ellos pueden ver y otros no; que además les exige arriesgarse, entregarse y dejarse llevar, sin aferrarse a nada y estando dispuestos a perderlo todo.

Una vez que una persona llegó a la meta y puede tener lo que necesita, tiene dos caminos: uno es seguir acumulando dinero haciendo siempre lo mismo, apostando a lo seguro; y el otro es diversificarse, expandir su potencial y emprender nuevos desafíos sin temor al cambio, apasionándose con un nuevo proyecto y manteniendo el equilibrio como persona total, dándole importancia tanto a lo personal como a lo profesional.

La época en que la vida era sinónimo de trabajo, esfuerzo, resultado y más trabajo, parece haber pasado, dándoles lugar a personas más exigentes consigo mismas, que no quieren renunciar ni a sus familias, ni a sus hijos ni a sus más extravagantes intereses.

El trabajo está quedando circunscrito a un solo aspecto de la vida y está dejando de contaminar toda la existencia, a costa de los afectos y del espíritu.

El concepto moderno de felicidad es disfrutar el presente, día a día, cada minuto, saboreando la vida, consumiendo menos y viviendo más, sin dejarse llevar por la corriente y atreviéndose a ser único y distinto.

Una persona es mucho más que lo que hace y puede no darse cuenta de que tiene un potencial que aún desconoce y vivir alienado en su rol, dedicado a acumular riqueza, convirtiéndose en un adicto al trabajo.

Esta nueva actitud de desprendimiento y desapego del dinero, los transforma en personas positivas, abiertas, dispuestas, curiosas, creativas y más aventureras, capaces de adaptarse con facilidad a los cambios y empezar de nuevo todos los días.

Tienen una fina percepción para captar lo bueno que tienen las personas, las situaciones y las cosas, y sin prejuicios, poder sacar ventajas de ellas.

Incluso en la adversidad pueden encontrar motivos para ser creativo, trascender las limitaciones y lanzarse a nuevos desafíos.

Estas personas están siempre preparadas a liberar su potencial y descubrir más de ellos mismos; les gusta innovar, no transitar por caminos trillados y embarcarse en emprendimientos que le permitan probar que son capaces de hacer cualquier cosa que se propongan, sin dejarse llevar por opiniones ajenas.

Así, pueden darse el lujo de vivir muchas vidas a partir de las pistas que la realidad les señala y que sólo ellos con su instinto, pueden ver y descubrir.

No se trata de vivir la vida para lograr objetivos, sino de vivir la aventura que exigen los procesos que conducen a esos objetivos.

Desean ser felices más que ricos porque el dinero es para ellos un medio y no un fin en si mismo.

Se concentran en el desarrollo de su potencial, en cultivar nuevos intereses, en disfrutar del presente, de la familia y de los amigos.

Es importante para ellos actuar éticamente, conocerse bien, reconocer lo auténtico y priorizar la felicidad antes que el dinero.

Esta actitud les permite destacarse como persona exitosa y ser un modelo ideal para otros.