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El derecho al aborto

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

Uno de los temas de debate más candentes en la actualidad es el del derecho al aborto, esto es, el derecho de la mujer a abortar. Es una cuestión ética que ha saltado últimamente a la palestra, coincidiendo con la elección del nuevo Papa. En efecto, y es que es en todos los rincones del mundo en el que está instaurado el conservadurismo confesional donde surgen las controversias en torno a este tema, así como los principales focos de oposición. En cualquier caso vamos a ver esto con más detenimiento a continuación.

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El derecho al aborto y la religión

En primer lugar, el hecho de decidir que las mujeres tengan derecho o no al aborto, aparte de crear controversias éticas, es una cuestión netamente política y eso quiere decir que la opinión de los religiosos, sean estos altos dignatarios o monjas de convento es irrelevante políticamente, o tan relevante como es la opinión de cada individuo particular en cuanto ciudadano. Y es que, al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios: la religión se dedica a lo espiritual, el Estado a lo terrenal… siempre que se viva en un Estado laico, no así en uno teocrático, como por ejemplo El Vaticano.

El derecho al aborto de la madre versus el derecho a la vida del feto

El ala conservadora de la sociedad, dada una sociedad determinada, es la que se desvive por proteger el derecho a la vida del feto… desde antes incluso de que podamos llamarlo feto. Según ellos este es un derecho inalienable, ni siquiera puede ser sobrepasado por el derecho de la mujer a hacer lo que quiera con su cuerpo o, en muchos casos, el derecho de la madre a no traer al mundo a un niño con tantos problemas y malformaciones que llevaría una vida precaria y convertiría la vida de la madre en un camino de lágrimas y dificultades.

Quienes defienden el derecho a la vida están dispuestos a afirmar que no hay una línea divisoria entre un feto y un bebé y que el derecho al aborto, por tanto, abriría las puertas hacia el infanticidio, es más, no sería distinto abortar de asesinar a un neonato. Sin embargo, este argumento cuenta con varios errores. Dejando a un lado que el argumento constituye una pendiente resvaladiza, primero, vamos a conceder que el feto y el neonato son iguales. En este caso, ¿qué razones hay para defender el derecho al aborto? En primer lugar, el hecho de que prohibirlo no garantiza que no se realice, sino que la experiencia demuestra que conlleva que se practique ilegalmente y de forma insegura para la madre.

Pero hay más razones para justificar el derecho al aborto, por ejemplo, ¿está una mujer obligada a poner su propio cuerpo para sostener la vida de otro ser vivo, si esta no desea hacer tal cosa? La mujer embarazada que es obligada a permanecer en ese estado hasta la maduración del feto, es una mujer a la que se le obliga a poner su propio cuerpo y sus intereses para preservar la vida de otro ser que en ningún momento ha manifestado su interés en seguir vivo o en desaparecer.