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Odio la música

Publicado por Ruben Avila

odio la músicaLa música está desprovista de valores objetivos, para ser depende del ser humano y su influencia sobre éste es muy relativa. Grosso modo estas son las conclusiones de los escépticos respecto de la música, por las que consideraban que no era posible que una ciencia tratara de ella. En definitiva, extrapolando su valoración de la música al arte en general, para los escépticos el arte no se sustenta en una verdad absoluta, ni existen verdades generales que se refieran a él. Los valores que se le pretenden no son más que falsedades. Por lo que el arte ni puede educar ni puede elevarnos moralmente, lo que iba frontalmente con dos doctrinas importantes respecto al arte, la cognoscitiva y la ética.

La primera, la cognoscitiva, veía en el arte una herramienta educativa, de hecho, durante mucho tiempo en las escuelas se estudiaba las obras de Homero, por ejemplo, como fuentes de conocimiento. En cualquier caso, si se supone al arte como portador de verdad, se tiene que asumir que puede ser utilizado para educar.

La segunda, la ética, considera al arte como capacitado para elevarnos moralmente. Si se acepta que la música, por ejemplo, tiene poderes mágicos, que influyen en el alma, o que el oído musical es fuente de erudición, también es lógico asumir que el arte nos ennoblece.

Sin embargo, los escépticos no sólo negaban tal posibilidad sino que aseguraban que en ocasiones sus efectos son más bien negativos, y que en vez de elevar el alma la destruye. «Pues [la música] se resiste y se opone a aspirar a la virtud, haciendo que los jóvenes se dejen conducir fácilmente hacia el desenfreno y el libertinaje».

En la cita anterior, Sexto empírico, establece la música como guía hacia la depravación, hacia un submundo gobernado por el desenfreno y el libertinaje. Dos grandes males, a su parecer.

Toda esta retahíla de males del arte en general (degradación, falsedad, inutilidad…) que hemos visto en los últimos artículos muestran a las claras la visión que tenían los escépticos de él. Y no era muy bueno, ciertamente. Pero, en realidad, su forma de verlo no era excesivamente novedosa.

Si recordamos a los sofistas, de ellos hablamos ya hace tiempo así que probablemente no los recordemos, ellos ya hablaron de que la cultura era relativa y subjetiva. Fueron los primeros en darse cuenta de que la verdad en el arte había que “cogerla” con pinzas. Aunque su visión no era tan negativa.

Así que realmente, lo que hicieron los escépticos fue desarrollar las ideas sofistas y llevarlas al extremo, hasta elevar la crítica a puntos difícil de sostenes, sobre todo desde nuestra perspectiva.

Sin embargo, sí que nos podemos quedar con algo positivo de la crítica escéptica, ya que de casi todo se puede sacar algo positivo. No cabe duda de que sirve como una barrera para el dogmatismo y cualquier generalización sin mucho fundamento. Nos impele a estar más atentos, a luchar contra los dogmas y reforzar nuestros argumentos. Lo cual, naturalmente, nunca está de más.

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