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Ética y estética

Publicado por Ruben Avila

ética y estéticaEn el campo de la estética los estoicos griegos hacían uso del término prepon, que los romanos traducirían al latín como decorum, con dos variantes. Una como los términos decens, quod decet y otros como sinónimos de aptum y conveniens. Lo apto, lo conveniente, como ya vimos anteriormente, es como podríamos definir este concepto estético estoico.

Decorum y symmetria son los dos términos que sintetizan la concepción estética del estoicismo. Son las dos aristas de la belleza. Así, mientras en la segunda la idea era que las diferentes partes concordasen entre sí, en la primera el asunto era que las partes concordasen con la totalidad.

Siguiendo esta idea, descubrimos que el decorum correspondía a la belleza individual, a los objetos, personas, situaciones… tomadas independientemente. Mientras que la symmetria se refería a las reglas generales de la belleza.

De esta forma, la symmetria habría que buscarla en la naturaleza, o eso es lo que planteaban los estoicos; mientras que el decorum, era mejor búscarlo en las obras humanas.

En ambos casos, aunque es cierto que en el primero es más evidente, la belleza no se centra en el arte, sino que también, en particular en el segundo caso, en las costumbres y diversos tipos de vida.

De lo ético a lo estético

En primer lugar, lo conveniente era un concepto ético. Resulta evidente, ¿no? Cuando hablamos de lo adecuado podemos pensar fácilmente en un comportamiento adecuado, en un trato adecuado, etc. Sin embargo, con el paso del tiempo también se incluyó en el arte y en la belleza.

Respecto a las artes, el decorum correspondía principalmente a aquellas que tienen que ver con el ethos y el hombre. Es decir, la poesía y la oratoria. De hecho, con el paso del tiempo esta idea de lo adecuado, se convirtió en parte fundamental de estas dos disciplinas.

La buena poesía y la buena oratoria tenían que se adecuadas, convenientes. De lo contrario, claro, serán in-adecuadas, in-convenientes. Por eso, aseguraba Cicerón que «acerca de esto notablemente se recomiendan muchas cosas y el tema es muy merecedor de conocimiento; por ignorancia de él se yerra no sólo en la vida, sino muy a menudo en los poemas y en el discurso».

Desde nuestro punto de vista, ¿cómo podemos definir adecuada a una poesía? ¿Adecuada para qué?

Los estoicos lo tenían claro, porque para ellos, y durante el helenismo en general, el decorum era la guía para el actuar humano. Así, Cicerón aseguraba que había que «atenerse a lo conveniente». Y lo mismo Quintiliano, cuando decía que «en todos los asuntos observar lo conveniente» Es más, para Dionisio era la más importante de todas las virtudes.

Lo que sirve para uno, no sirve para otro

Pero si tenemos en cuenta a lo que dijimos anteriormente, a saber, que el decorum se dirige a los casos particulares, no es algo que se pudiera definir de manera absoluta y para siempre, sino que era necesario concretarlo para cada ocasión, dependiendo de cómo fueran las circunstancias. De ahí que se considerase tan importante tener la capacidad, la virtud, para definirlo.

Imagen: elblogdeuncaminante.blogspot.com.es