Filosofía

La Indecisión

Publicado por Malena

La Indecisión

El indeciso es la persona que no puede elegir una opción entre otras varias que se le ofrecen, ni decidirse a ejecutar una acción, ni seleccionar una estrategia, ni orientarse hacia un determinado rumbo renunciando a otros, ni atreverse a solucionar problemas.

Cada decisión nos compromete y en última instancia lo que el indeciso teme es al compromiso. No está dispuesto a pagar por el costo de sus decisiones, por no querer asumir un riesgo, el riesgo a perder.

Hoy es común encontrarnos con indecisos, gente que no toma partido y elude responsabilidades, y como veleta va por el mundo llevado por la fuerza del viento.

Pero hay distintos tipos de indecisos, los que les cuesta elegir porque son personalidades inseguras y perfeccionistas y los que exageradamente no pueden tomar ninguna decisión por más pequeña que sea.

Cuando se trata de decisiones trascendentes en la vida de una persona, como podría ser casarse, tener hijos, comprar una casa o un departamento, elegir un trabajo o una vocación, generalmente todos somos un poco indecisos y se puede considerar entendible, humano y normal.

Pero a menudo vemos gente que tiene grandes problemas para tomar hasta la más mínima decisión, como por ejemplo, elegir un plato en un restaurante, una película para ver, un par de zapatos para comprar, la ropa que se tienen que poner, etc.

En estos casos, la persona se paraliza y se abruma como si se estuviera ahogando en un vaso de agua.

Este nivel de indecisión se puede relacionar con el estrés cuando además se asocian otros síntomas como un cansancio extremo que no se atenúa con el reposo, vacío en el estómago que no se satisface comiendo y una serie de trastornos que no pertenecen a ningún cuadro clínico conocido.

La magnitud de la indecisión adquiere su mayor medida cuando la persona se siente seriamente abrumada por la más mínima elección que tiene que hacer, generalmente por el temor obsesivo a equivocarse.

Este trastorno también incluye en muchos casos un estado de extrañamiento que les da la sensación de estar siendo dominado por otro.

Este sentimiento de sometimiento a la voluntad de otro entorpece su forma de hablar, sus pensamientos, sus ideas y afecta la identidad.

Como defensa estas personas pueden vivir apuradas, comer rápido, hablar rápido, caminar ligero, porque su falsa percepción del tiempo les hace sentir que transcurre con inusitada lentitud.

Esta dependencia mental de otro es vivida como un delirio persecutorio, porque no se refiere solo a un individuo sino a todos los que estuvieran ocasionalmente cerca de él.

Estos síntomas también son característicos de los estados depresivos que por lo general se deben a experiencias vividas en el pasado que ocasionaron culpa.

Los indecisos patológicos necesitan atención psicológica y muchas veces tratamiento farmacológico, para recuperar el equilibrio perdido que necesitan para poder adaptarse creativamente a sus circunstancias.

Fuente: Revista «Homeopatía», publicación de la Asociación Médica Homeopática Argentina, nota del Dr. Francisco Goldstein Herman, 2009.