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La Metáfora y la Cosmovisión

Publicado por Malena

La Metáfora y la Cosmovisión

Una metáfora es el parecido que la imaginación descubre entre algo real y otro hecho u objeto similar simbólico, que suele tener un significado superior. El simil o comparación se convierte en metáfora, recurso poético que utilizaron principalmente los poetas renacentistas y barrocos.

A veces, un gran director de cine nos sorprende a través de una realización que nos conmueve, con una idea que contrasta con la visión del mundo materialista de esta época, donde todos tratan de parecerse a los demás y hacer lo mismo y lo que menos intentan es ser fieles a ellos mismos.

La película “El Gran Pez”, nos muestra cómo puede transformarse en un poema la vida de una persona que intenta ver el mundo como una metáfora, viviendo los hechos de una manera diferente.

Es alguien que simplemente se atreve a ver la realidad sólo como la posibilidad de una aventura y consigue seguir la senda del misterio que oculta el marco rutinario de la vida.

Puede demostrar así a lo largo de su existencia que puede haber fantasía y maravillas en todos lados, con sólo aplicar una mirada diferente.

El personaje se entrega a lo desconocido con verdadera pasión y no deja de asombrarse de las consecuencias de su entrega sin condiciones.

Le ocurren las cosas más disparatadas, que son reales, tangibles y ciertas, pero que en su imaginación parecen fantásticas, sólo porque él acepta las cosas de la realidad que para él tienen un contenido mágico.

Las criaturas que lo rodean son idealizadas y adquieren características asombrosas.

Conoce al amor romántico, que para él, es el amor verdadero y eterno, que no admite traiciones ni engaños, sino sólo la fidelidad absoluta que le permite ejercer su libertad única.

No elude los compromisos ni los peligros de la guerra y milagrosamente sobrevive, apareciendo posteriormente después de haber sido dado por muerto, como un fantasma.

Se encuentra involuntariamente involucrado en el robo de un banco y le sigue la corriente al ladrón, que no se puede llevar casi nada, y descubre que conocía al delincuente; era alguien que encontró en un extraño pueblo, y a quien, con su natural disposición había ayudado, cuando se encontraba bloqueado, sin saber cuál era su verdadera vocación. Gracias a sus consejos se había emancipado, y había elegido ser ladrón.

Con ese encuentro aparentemente fortuito la vida del delincuente dará un vuelco al verse obligado a abandonar su actividad debido a la crisis bancaria, decidiendo dedicarse esta vez, aconsejado nuevamente por su amigo, a la bolsa de valores que lo convertirá en un millonario.

Así, de esta manera, con su dinero, tendrá la oportunidad de corresponderle, ayudándolo tiempo después a convertir en realidad una utopía.

Ese inusual discurrir de su existencia es ampliamente entendido por su mujer que lo ama y lo comprende, pero no por su hijo que debido a la vida aventurera de su padre como corredor de ventas, casi no lo conoce, porque el trabajo de viajante, lo obliga a estar lejos del hogar por mucho tiempo.

Su hijo no puede comprender que esa es la tarea justo para él, porque es un hombre que no concibe la vida atado a un escritorio para trabajar de nueve a cinco, ni acostumbrarse a la rutina cotidiana de una familia.

Es que todo hombre que es fiel a si mismo, no puede hacer otra cosa que no sea lo que es para él, para poder lograr cumplir así con su destino.

Recién cuando está en su lecho de muerte, su hijo descubre que la fantástica vida de su padre no había sido pura fantasía, como él creía y es en ese momento cuando lo comprende y lo perdona.

No había sido el vendedor charlatán que le contaba historias inverosímiles que no podía comprender, sino que había sido un verdadero héroe; y que todos esos personajes increíbles que lo acompañaron en esa trayectoria existían y lo conocían, y quisieron rendirle honores en su funeral, acompañándo sus restos hasta el cementerio.