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Estética I: filosofía de la estética

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

La estética es una disciplina filosófica que estudia las artes y, de forma más general, todo aquello que tenga valor estético. Aunque los filósofos llevan reflexionando sobre estos asuntos por lo menos desde Platón, lo cierto es que la estética no surgió como disciplina hasta el siglo XVIII, de la mano de Alexander Baumgarten. En la actualidad la estética se puede dividir, a su vez, en dos ramas (a estas alturas los lectores de este blog ya habrán notado que a los filósofos nos encanta dividirlo todo): la filosofía del arte y la filosofía de la estética, entre las cuales no existiría una relación de subordinación, aunque sí algunos solapamientos. Dado que ambas ramas son muy amplias, dividiremos el tema en dos entradas. Esta primera la dedicaremos a la filosofía de la estética.

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Problemas de la filosofía de la estética

La filosofía de la estética se centraría en el estudio de la naturaleza del juicio estético y de la experiencia estética. Desde este punto de vista, se interesa también por el valor estético, que es lo que se expresa en este tipo de juicios (un ejemplo de juicio estético: «Cien años de soledad es una bella novela»). Ahora bien, hay una amplia variedad y diversidad de cosas que tienen valor estético: el canto de los pájaros, las pinturas, la música, los paisajes, el atardecer, el amanecer, etc. Así que uno de los problemas es delimitar cuáles son los valores estéticos característicos de lo que llamamos «arte».

Relacionada con la cuestión anterior está la de cuál es el ámbito de la estética, si todo tipo de juicio estético o solo el que trata sobre el arte. En general, se ha tendido a entender como relevante, desde el punto de vista filosófico, el juicio estético sobre las obras de arte. Ahora bien, está claro que el juicio estético sobre obras de arte suele depender, en cierto grado, del conocimiento que se tenga sobre algunos aspectos artísticamente relevantes (género, autor, estilo, etc.), además, también existe la comprensión de la obra de arte, la cual podría estar estrechamente relacionada con el juicio estético. Esto nos lleva a reservar un ámbito en el que podemos hablar de juicios estéticos correctos y erróneos, aunque en principio el observador no informado esté autorizado para hacer juicios estéticos sobre las obras de arte.

Después viene la cuestión metafísica sobre dónde está el valor estético, por ejemplo, la belleza de un cuadro. ¿Es algo que reside en el cuadro mismo, una de sus características reales? ¿O está en el sujeto que observa la obra de arte, es una consideración subjetiva sobre la obra de arte? ¿Son los juicios estéticos verdaderos o falsos? Son algunas de las cuestiones a resolver. El caso es que esta cuestión nos lleva al problema de la experiencia estética: ¿qué distingue la experiencia estética de otro tipo de experiencias, tales como un orgasmo? De alguna manera se supone que la experiencia estética es distinta de otros tipos de experiencia, con un ejemplo concreto: se supone que la experiencia de escuchar una pieza musical es de distinto tipo que la de escuchar el canto de un canario.