Filosofía

La Pobreza

Publicado por Malena

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Ser pobre es mucho más que carecer de lo indispensable para la supervivencia, significa la discriminación y hasta el desprecio de los que más tienen.

A los pobres les duele más esa actitud que tiene la sociedad hacia ellos que las privaciones propias de su condición, según una encuesta realizada por el Banco Mundial a sesenta mil pobres de sesenta países.

Los pobres inspiran lástima, como si se tratara de seres inferiores que no se tienen en cuenta, como si no existieran. Constituyen el segmento de la población que los sistemas de gobierno tratan de ocultar, minimizar e ignorar.

Son los marginados que no tienen lugar en ningún lado, que no pueden muchas veces ni desarrollarse ni crecer, los primeros en caer víctimas de las enfermedades de turno, la masa sufriente que se cobran las catástrofes, las inundaciones, los temporales, los terremotos, porque son los más vulnerables a los cambios, confinados a vivir en los lugares que los demás descartan por ser inhabitables y peligrosos.

Ser pobre es la condición necesaria aunque no suficiente para ser un delincuente, para caer en el alcoholismo o la drogadicción, para desarrollar un carácter violento y ser un violador. En la cárcel están los pobres porque los delincuentes ricos tienen buenos abogados.

Los pobres no pueden acceder a una educación adecuada, ni a una capacitación laboral, ni a una alimentación suficiente y muchas veces no tienen hogar constituido y los niños deambulan de casa en casa buscando la contención que necesitan.

La pobreza de los países en desarrollo es más un problema social que económico, porque lo que está en crisis es la familia como base de la sociedad. Porque la pobreza en si misma, cuando se vive en un hogar bien constituido donde se respetan los valores esenciales no se convierte en un estigma ni en una vergüenza sino que puede ser el desafío que puede brindar la posibilidad de superarla.

En una sociedad en la que se valora en primer término el dinero, aquellos que no lo tienen son discriminados, apartados o segregados.

Algunos pretenden levantar muros para defenderse de los robos y los actos de vandalismo, pero principalmente para no verlos y evitar la integración, porque es mejor tapar la realidad que enfrentarla.

Las dos franjas de la población más vulnerable para sufrir problemas psicológicos graves son los pobres y los ricos. Los neuróticos, con problemas existenciales, son los de la clase media, o sea los que están presionados para lograr elevarse en la escala social y hacerse una posición.

El pobre que no tiene trabajo y tampoco un oficio está condenado a delinquir o a vivir haciendo changas con pocas esperanzas y sin ninguna posibilidad de protección social o aporte jubilatorio; y esas penurias económicas producen tensiones familiares, depresión y violencia familiar.

Todos nos preguntamos si alguna vez se podrá erradicar la pobreza como una verdadera enfermedad social; y muchos coinciden en afirmar que la única solución posible parecería estar en la educación. Porque la educación es inversamente proporcional a la pobreza, única herramienta válida para conseguir un trabajo.

El trabajo no sólo aporta mejores condiciones de vida sino que mejora las relaciones familiares y permite darles una educación a los hijos.

Después de la segunda guerra mundial, Europa pudo recuperarse de la destrucción gracias al Plan Marshall, el principal plan norteamericano para proceder a reconstruir los destrozos ocasionados por la guerra y evitar el avance del comunismo.

Este plan duró cuatro años y la ayuda alcanzó los trece mil millones de dólares de ese entonces, que además incluía asistencia técnica.

Europa en ese corto período de tiempo recuperó el mismo nivel que tenía antes de la guerra y un par de décadas después alcanzaría un elevado grado de desarrollo económico.

Me pregunto por qué tanto miles de millones de créditos que se destinan a América Latina parecen no verse reflejados en ningún lado, como si cayeran en un agujero negro.

La gente no consigue tener una vivienda digna, no alcanza a alimentarse ni puede educarse y continúa por generaciones siendo pobre, a pesar de la riqueza de recursos de la tierra.

Cuestionarse sobre este tema es una forma de avanzar.