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El Aprendiz de Brujo

Publicado por Malena

el aprendiz de brujo

Mientras Carlos Castaneda cursaba sus estudios de graduado como Antropólogo en la Universidad de California, conoció a un anciano chaman de nombre Juan Matus.

Esa experiencia lo motivó a realizar un trabajo antropológico de campo para investigar las prácticas de los chamanes, desde la perspectiva de ese sistema coherente, a través de la información clave que le proporcionó el viejo chamán.

De una manera terrible y difícil, pudo lograr el conocimiento de la forma de pensar de las culturas indígenas americanas, antes de que se perdieran para siempre.

Su libro “Las Enseñanzas de Don Juan”, se publicó hace más de treinta años; y en 2007, se imprimió su séptima edición.

Este antropólogo relata la primera parte de su instrucción en manos del brujo Don Juan, que lo transformaría en “hombre de conocimiento” según esa cultura.

Con diferentes métodos, Don Juan lleva a Castaneda hacia una “realidad no ordinaria”, tan real como la que conocía, pero a la vez muy diferente, que no se puede explicar con nuestros patrones de pensamiento pero que la lógica y la coherencia poética de la sabiduría antigua puede comprender.

Estas enseñanzas que recibe, a medida que va socavando su cosmovisión, le abre las puertas a una realidad más grande, extraordinaria e impresionante, que aprende a frecuentar desde el nivel más inmediato.

Ni bien el aprendiz de brujo se va entregando a esa nueva experiencia, va experimentando el estado de Ser, pero en esta primera parte de su aprendizaje es vencido por el temor y lo abandona.

Sin embargo, posteriormente Castaneda es capaz de reanudar el aprendizaje.

Llegar a ser hombre de conocimiento es una cuestión de aprendizaje; no existen requisitos establecidos pero sí hay algunos requisitos ocultos.

El aprendiz es elegido por un poder impersonal que se indican a través de augurios.

El hombre de conocimiento tiene una firma intención, es frugal, recto de juicio y no tiene libertad para innovar pero si para buscar un camino; es fluido, posee claridad mental y conoce el propósito específico.

Ser hombre de conocimiento implica una tarea de gran esfuerzo, exige ser eficaz y representa un desafío.

El hombre de conocimiento es un guerrero respetuoso, que debe tener miedo, tener conciencia de intención y conciencia del flujo esperado, estar despierto y confiar en si mismo.

Es un proceso continuo, un camino no permanente que se debe seguir con el corazón.

Un hombre de conocimiento tiene un aliado, que puede ser un ayudante, un dador de poder superfluo o un dador de éxtasis.

El aliado tiene una regla inflexible, no acumulativa que se puede corroborar en la realidad ordinaria y no ordinaria.

Los propósitos de la regla eran la prueba, la adivinación, el vuelo corporal, el movimiento.

La regla se corroboraba por consenso especial, o sea por el modo de percibir no ordinario de los pocos que los podían observar.

La realidad no ordinaria era utilizable en la realidad ordinaria, o sea que era posible obtener dirección y lecciones sobre la forma correcta de vivir, es decir que la realidad de consenso especial tenía valor pragmático en la realidad ordinaria.

El miedo hizo que en la primera etapa de su aprendizaje, Castaneda no pudiera aceptar la certeza de que la totalidad de los elementos de la realidad ordinaria se encontraban dentro de su conciencia; que es lo que a la vez le impedía aceptar la existencia de una realidad no ordinaria de consenso especial, o sea el consenso de aquellos que pueden ver más allá de la realidad ordinaria.

Fuente “Las enseñanzas de Don Juan”, de Carlos Castaneda