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El Bienestar

Publicado por Malena

Tradicionalmente el bienestar ha sido definido por los filósofos como la ausencia de mal, pero esta concepción tiene sus limitaciones. En los últimos años, se ha ampliado esta visión para considerar el bienestar como un estado de equilibrio y armonía en todas las dimensiones de la vida: física, mental, emocional y espiritual.

Desde el punto de vista de la filosofía perenne, se espera que el bienestar se relacione con la posibilidad que tiene un individuo de acceder a voluntad, a una mayor diversidad de estados de conciencia, especialmente a estados superiores. Esto implica una mayor capacidad para manejar los desafíos de la vida, una mayor resistencia al estrés y una mayor capacidad para disfrutar de la vida y encontrarle sentido.

Con respecto a la percepción, el bienestar incluye una mayor sensibilidad y una claridad perceptiva libre de deformaciones que permite ver las cosas como son sin la influencia de deseos, aversiones, ignorancia o miedo. Esto también implica una mayor capacidad para conectarse con los demás y con el mundo que nos rodea, y una mayor conciencia de nuestras propias necesidades y deseos.

En cuanto al sentimiento de identidad, el bienestar es lograr trascender las limitaciones del ego y el reconocimiento e integración de la sombra en la psique. Este proceso de autoconocimiento y autotrascendencia es fundamental para alcanzar un estado de bienestar duradero.

Por otro lado, el bienestar es la capacidad de percibir en la propia identidad la presencia de lo inconsciente sagrado o sea, del sí mismo transpersonal. Este reconocimiento de nuestra naturaleza esencial puede llevar a una mayor sensación de paz, alegría y plenitud.

La motivación también es importante para el bienestar, que comprende, desde la necesidad de supervivencia básica, de seguridad, de pertenencia a un grupo, de autoestima, hasta la necesidad de realización personal; y más allá de la realización personal, la necesidad de trascendencia, o sea el impulso hacia los ámbitos transpersonales.

Por lo general, los individuos que gozan de mayor bienestar parecen estar motivados por necesidades superiores y haber superado los deseos egocéntricos de posesiones, autoestima, etc.; o sea que el mayor bienestar parece estar asociado con la disminución de los apegos y con la actitud de servicio.

También influyen en el bienestar psicológico el reconocimiento de la responsabilidad de las propias experiencias o vivencias y la mayor sensibilidad hacia los otros mediante el amor, la compasión, la empatía, la generosidad, el aprecio y el respeto por el misterio de la vida que se expresa con una actitud de reverencia, gratitud, asombro, compromiso ecológico, participación sincera y apertura plena tanto para el gozo como para el dolor.

La dimensión trascendente está más allá del bienestar, porque no hay espacio ni tiempo y como diría la filosofía perenne: no hay nada que hacer, nada que cambiar ni nada que ser. Sin embargo, esta dimensión puede ser experimentada en momentos de profunda meditación, en experiencias de naturaleza mística, o en momentos de gran creatividad o inspiración.

Abraham Maslow sugiere algunas hipótesis sobre las experiencias transpersonales. Describe que en esos estados de conciencia las necesidades superiores de belleza, trascendencia, etc., tienen una base biológica, tal como la tienen las necesidades inferiores como por ejemplo el hambre o la sed.

La falta de satisfacción de las necesidades superiores puede dar como resultado formas de patologías igual que las que resultan de las necesidades inferiores insatisfechas. De manera que los aspectos trascendentes de índole religioso, estético y filosófico de la vida, son tan específicos de la naturaleza humana como lo son las necesidades biológicas.

Para la psicología budista que presenta Daniel Coleman, el desarrollo psicológico consiste en cultivar los factores saludables e inhibir los que tienen influencia negativa; porque el grado de salud mental y bienestar de un individuo depende del equilibrio entre estos dos factores hasta alcanzar la iluminación, lo que hará que se den únicamente en esa persona factores sanos.

El desarrollo de la conciencia, la práctica de la meditación y la psicoterapia transpersonal tienen especial importancia en este aspecto. Estas prácticas pueden ayudar a cultivar una mayor conciencia de nosotros mismos y de nuestro entorno, a desarrollar una mayor capacidad para manejar el estrés y las emociones negativas, y a cultivar una mayor capacidad para experimentar la alegría, la gratitud y la paz.

Fuente: “Más allá del ego”, Abraham Maslow y otros.