Filosofía

El Tantra

Publicado por Malena

El Tantra es una antigua filosofía de la India, que se supone proviene del Budismo, que a través de la integración de la energía sexual femenina y masculina del acto sexual, conecta la conciencia individual con la divinidad y se llega a experimentar el placer total.

El tantra en Occidente, fue desarrollado en el siglo XX como una versión secular del original y llegó a conocerse como sexo sagrado, dando lugar a una serie de interpretaciones consumistas tendientes a obtener réditos con esta práctica.

El objetivo último de esta disciplina mística espiritual es el dominio del deseo sexual hasta el límite de lograr mantener la erección del pene varias horas sin llegar a eyacular.

En Occidente, el desarrollo de la industrialización dio lugar a una consecuente aceleración de la vida y la búsqueda de una alternativa más lenta hizo que muchos se refugiaran en filosofías orientales.

La médica norteamericana Alicia Bunker Stockham (1833-1012), estudió el tantra en la India y volvió a su país dispuesta a difundirlo.

Describió como “karezza” (caricia) su percepción del tantra, vacía de sentido religioso.

Publicó varios libros sobre el arte de hacer el amor en forma lenta, derribando los tabúes victorianos de esa época y posteriormente muchos seguidores hicieron lo mismo.

En 2004, el periodista canadiense Carl Honoré, identificado con el movimiento mundial contra la vida acelerada, describe en una parte de su libro “Elogio de la Lentitud”, que se convirtió en un best seller, una experiencia vivida con su mujer en el taller de su maestra tántrica “Leora Lightwoman.

Desde la más absoluta incredulidad y sorprendido de que personas ajenas a esas disciplinas, como médicos, agentes de bolsa y profesores tuvieran como él esa intención, se dispuso a hacer su propia interpretación.

Hasta las personas más realistas saben que el sexo es mucho más que una experiencia física placentera, es una manera de comunicarse y de expresar ternura y respeto, puede profundizar vínculos, hacernos sentir fuera de nosotros mismos y llevar nuestra mente más allá del espacio y el tiempo.

El buen sexo exige creatividad y lentitud y las personas más escépticas sucumben a los resultados del tantra, porque pueden comprobar por sí mismos que algunos ejercicios simples producen efectos reales, y sorprenderse de los resultados de concederse mutuamente tiempo y de participar durante el acto sexual con sus parejas, con la cabeza y el corazón.

El tantra es útil como camino espiritual pero también para mejorar la vida sexual.

En el sexo tantra, cada vez que se hace el amor la pareja debe explorar sus cuerpos como si lo hicieran por primera vez, mirarse a los ojos y atreverse a decirse todo lo que sienten o lo que desean sentir.

Todos los ejercicios fomentan la misma lentitud y la pareja los tiene que hacer al mismo tiempo, como por ejemplo respirar.

El tantra se propone extender e intensificar el éxtasis por todo el cuerpo; exige práctica y tiene muchas técnicas que hay que aprender; pero lo que parece que es cierto es que puede mejorar el sexo, la intimidad y profundizar la conciencia de uno mismo.

Fuente: “Elogio de la lentitud”, Carl Honoré, 3ra. Edición de bolsillo, 2011.