Filosofía

Moderación

Publicado por Ruben Avila

moderaciónLas cualidades para que algo sea bello, a decir de Aristóteles, eran el orden, la dimensión y la proporción. Si bien es cierto que terminó asimilando la proporción al orden, así que podríamos dejar la tríada en una dupla. El orden que más adelante se entendería como forma, como la disposición de elementos, término que aunque fue utilizado por el pensador griego en sus textos sobre ciencia no hizo uso de él en sus textos sobre estética.

Lo que sí hizo Aristóteles fue introducir un concepto que matizara al orden y proporción, términos nada innovadores para la época. El Estagirita añadió al mundo de la estética la idea de moderación, cuyo uso estaba reservado al campo de la moral, como uno de los elementos de la sabiduría y la virtud. Así que la novedad radicaba en incluirla como elemento al referirse a la belleza.

Nada nuevo bajo el sol

Más allá de estos matices, la teoría de la belleza aristotélica bebe directamente de la pitagórica, de la que establecieron la secta de los pitagóricos, que también consideraban orden y proporción como claves para definir lo que es bello y distinguirlo de lo que no lo es. De hecho, como cuenta Tatarkiewicz, Aristóteles trato, o cuando menos pensó en hacerlo, ampliar la propia teoría pitagórica equiparando su explicación de la armonía de los sonidos por la de los colores, ambas explicaciones sustentadas en las matemáticas.

Su querencia por los pitagóricos se entiende fácilmente si tenemos en cuenta que llegaron a él a través de Platón, su maestro, y que, no menos importante, sus postulados coincidían en muchos sentidos con el pensamiento aristotélico, o cuando menos, concordaban más que otras corrientes de la época, como pudiera ser la sofista.

Por ejemplo, de esta forma criticaba Aristóteles al sensualismo, teoría defendida por los sofistas, que definía a lo bello como aquello que agradaba a la vista o al oído. «Además, si en relación a dos cosas se ha dado la definición separadamente a una y otra, por ejemplo, lo bello es lo agradable a la vista o al oído… a la vez lo mismo será bello y no bello… En efecto, si algo es agradable a la vista, pero no al oído, será bello y no bello».

No sin ironía, comprobamos que el filósofo estagirita pone en la llaga la contradicción en que incurre el sensualismo, ya que siguiendo sus postulados, un objeto puede ser bello y no bello a la vez.

Parecido pero no igual

De todas formas, aunque las ideas aristotélicas entroncasen en muchos aspectos con las pitagóricas, no se puede decir que fueran idénticas. Como ya hemos dicho más arriba, por ejemplo, Aristóteles introdujo la idea de conveniencia, de moderación, en la noción de proporción. Así que consideraba que la proporción no hacía las cosas bellas por ser ella misma perfecta, sino al ajustarse al objetivo y naturaleza de las cosas. Doctrina de la convivencia que, por otra parte, entronca directamente con la noción socrática de belleza, que recordemos se refería a la adecuación de los objetos a su propósito.

Imagen: definicionabc.com