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Metafísica, Aristóteles, Libro I, Partes I al IV

Publicado por Malena

Metafísica de Aristóteles, libro I, Partes I al IV

Existe una diferencia entre la ciencia y la experiencia; la experiencia es el conocimiento de las cosas particulares que existen y el arte es el conocimiento de lo general, el por qué y la causa de esas cosas; y la Filosofía es el estudio de las primeras causas y de los principios.

Para Aristóteles, la filosofía se ocupa principalmente de las primeras causas y de los principios. Como ciencia, no tiene un objetivo práctico ni la intención del conocimiento de una cosa en particular, sino que su objetivo es el conocimiento del conjunto de las cosas como una necesidad que surge de la admiración. Porque lo más científico que existe son las causas y los principios y lo primero que movió y moverá al hombre a hacerse preguntas esenciales es y será siempre su capacidad de asombro.

La filosofía es una ciencia divina porque pertenece a Dios y trata de cosas divinas, porque Dios es causa y principio de todas las cosas.

Las causas son cuatro:

La primera causa es la esencia, la forma propia que tiene cada cosa.

La segunda es la materia, el sujeto.

La tercera es el principio de movimiento.

La cuarta es la causa final de las otras, o sea el bien, porque el bien es el fin de toda producción.

Las doctrinas de la mayoría de los antiguos filósofos se basaba en la búsqueda del principio de la materia y qué es lo que sucede cuando se destruye; creyendo que nada nace ni perece verdaderamente, y que la naturaleza primera subsiste siempre modificada; porque es imprescindible una naturaleza primera única que subsista y produzca todas las demás cosas.

Para algunos el principio primero es el agua, para otros el aire, el fuego o una sustancia indefinida.

Nuevas indagaciones llevaron a la necesidad de la existencia del principio del movimiento.

El azar no pudo haber producido los efectos que hoy vemos en la naturaleza, porque éste es un criterio poco racional.

Pronto hubo quien atribuyó a una inteligencia como causa del orden universal.

Anaxágoras fue el que examinó este punto de vista, aunque se puede decir que el primero que lo sugirió fue Hermotimo de Clazómenas.

De esta manera se estableció que la causa del orden es también el principio de los seres y lo que a su vez también hace posible el movimiento.

Hesíodo y Parménides, entre otros, admitieron como principio el amor o el deseo en los seres, como causa capaz de generar movimiento y enlazar las cosas.

La postura que reconocía la existencia de los opuestos, introdujo a la amistad y la discordia como causas opuestas existentes en los contrarios. La amistad, como el principio del bien y la discordia como el principio del mal.

Se podría afirmar que Empédocles fue el que propuso primero el bien y el mal como principios.

Leucipo y Demócrito señalan como elementos lo lleno y lo vacío, como el ser y el no ser. Lo lleno, lo sólido es el Ser y lo vacío, lo raro el no Ser.

Ellos le dan existencia tanto al Ser como al No Ser, lo vacío existe tanto como lo lleno y estas son las primeras causas de los seres.

Fuente: «Aristóteles, Vida, Pensamiento y Obra», Colección Grandes Pensadores, Ed. Planeta DeAgostini, 2007